viernes, 19 de abril de 2013

EL PAPA FRANCISCO NOMBRA OCHO CONSEJEROS


 


                        EL PAPA FRANCISCO NOMBRA UNOS CONSEJEROS

            El Papa ha decidido nombrar un grupo de consejeros, representando a los cinco continentes para que le ayuden en el gobierno de la Iglesia. Este grupo, según Lombardi,  no es un comité, una comisión, un consejo,  sino un simple grupo abierto a otras posibilidades. No viene tampoco a suprimir la actividad de la curia y su relación actual con el Papa. Los prelados son ocho y proceden de todos los continentes.

            Este grupo se constituye teniendo en cuenta una sugerencia, surgida durante algunas congregaciones generales, precedentes al cónclave, en las que se pedía la constitución de un grupo de cardenales, que lo asesoren el gobierno general de la Iglesia. No se trataba del colegio de cardenales que es muy numeroso. A su vez debe confeccionar un “proyecto de revisión de la constitución  apostólica “Pastor Bonus” sobre curia romana. El grupo tendrá un obispo secretario, que será el Obispo italiano  da Albano y un cardenal R. Madariaga como coordinador. Tendrá la finalidad de aconsejar, asesorar, orientarle en sus  decisiones, con carácter meramente consultivo. El Cardenal Oscar  Rodríguez Madariaga lo definía  así: “Información de primera mano sobre algunas situaciones  que no siempre se conocen bastante bien. Podemos darle, en contacto con las diversas conferencias episcopales, perspectivas distintas de las que llegan a la santa Sede.“

 Con este primer esbozo, no sabemos, si el Papa va a dar un paso más para institucionalizar o  ampliar este grupo, que le ayude en el gobierno de la Iglesia. Tal vez será necesario ampliarlo a unos quince.  El Papa se siente muy solo y tan vez con un número más crecido puede apercibir mejor y oír lo que pasa en los pasillos de la iglesia, de la política y del mundo.

No quiere que sea el grupo de cardenales de la curia, porque estos son sólo el poder ejecutivo,  que le ayuda  también y vive en Roma y por la tanto no sabe lo que pasa en el mundo, aún en el caso en que al frente de los servicios vaticanos haya cardenales de los diversos continentes. La creación de este grupo en la próxima reforma no excluye que los presidentes de las Congregaciones, tengan acceso al Papa. Los que vienen de los otros continentes, conocen mejor los derroteros de la iglesia a escala universal.  Es evidente que la colegialidad en la iglesia la constituyen todos los obispos con el Papa, como colegio, como dice el concilio (LG, 22). Pero ello no obsta para que el Papa piense en un nuevo organismo más amplio, que le  ayude y aconseje de una manera más periódica e institucionalizada  en el Gobierno de la Iglesia, e incluso que le encargara alguna misión especial, como podrían ser el nombramiento de Obispos. No me gusta por este motivo hablar de colegialidad, ya que en la iglesia sólo los obispos constituyen con el Papa y nunca sin el Papa el colegio de los obispos. Prefiero  decir que en la iglesia tenemos que afrontar la participación en todos los niveles de la Iglesia. Es verdad que la Iglesia no es una democracia, pero es una comunión, en la que los hijos de Dios (laicos, presbíteros, religiosos) no pueden estar mudos. La participación es una expresión de esa colegialidad, que se realiza plenamente en el concilio. El grupo se reuniría con cierta frecuencia y se comunicaría entre si fácilmente, ya que los medios de comunicación hoy lo permiten. El orden del día lo  establecería el Papa o a iniciativa propia, o a propuesta de los cardenales.

Hay juristas que opinan que este organismo podía ser el Sínodo con una configuración distinta y más reducida, que representaría a la iglesia universal, ya que sería escogido por las conferencias episcopales de los diversos continentes. Pertenecerían también a él los representantes de los religiosos, religiosas, movimientos, laicos etc. Tal vez podrá ser así, pero la mayor parte lo rechazan, ya que es un grupo demasiado amplio. El Sínodo tal como ha funcionado hasta ahora, dicen, ha servido sólo para que los Papas escribieran algunas encíclicas muy bellas, pero también otros Papas de los últimos años han escrito otras encíclicas maravillosas, aún mejores, ya que se han dejado aconsejar por técnicos en la materia, que conocen la teología, el derecho, la economía o la política mucho mejor que los Obispos.

En la estructura del Sínodo es también necesario un cambio.  Con una reforma del Sínodo, tal vez se pudiera reunir con más frecuencia, para afrontar problemas más serios que se plantean a la iglesia, recabando el parecer de las conferencias episcopales, religiosos y movimientos eclesiales. Habría una participación más orgánica de la iglesia universal. Recuerdo que en el Concilio hubo un obispo que hablaba de un Concilio en miniatura. Con menos miembros es posible que el Sínodo  pueda reunirse una vez al año para afrontar problemas serios, no sólo relativos a los doctrinal, sino al gobierno de la gelsa,sin olvidar la conexión que debe haber con los obispos esparcidos por todo el hundo. Habría así una comunicación más directa entre la cabeza y la base.

Mi opinión es que el  Papa que vamos conociendo no va a entrar en estas  discusiones teológicas, en las que sí entró Benedicto XVI cuando era cardenal  en muchos de sus libros (Iglesia, ecumenismo y política, BAC, 1987,p.14 y ¿Democracia en la Iglesia?, San Pablo, 2005). Va a actuar de una manera más bien práctica y funcional. El Papa simplemente quiere que haya  participación colegial para que los Obispos le presten de esta manera su ayuda  en su ministerio.

 No olvidemos que el Papa Francisco es un injerto de San Francisco y San  Ignacio de Loyola. La participación de la Iglesia es una asignatura pendiente.  San Ignacio, el santo más influyente en la espiritual mundial, venía de la milicia y en la “militia Christi” tenía que haber orden. En el vértice de la compañía estaba el Prepósito y un grupo de consejeros, asesores, o  asistentes, que provenían de las provincias jesuíticas y  ayudaban al Prepósito  en el gobierno de la compañía. Este es  modelo que ha copiado el Papa como Jesuita.  De san Francisco va a tomar la parte más importante, esto es, que como pastor lo único que le interesa es Jesucristo y su evangelio. De la razón de Benedicto XVI,  se pasa a la bondad, de la disciplina estricta al amor y a la misericordia.  Es la vivencia cristiana la que le agrada como gesto más que la teoría. Su fe está más cerca del corazón, proclamando la justicia, la misericordia, la compasión y la ternura.  A San Francisco le bastaba el libro del evangelio. Prefería  la contemplación  a la sabiduría de los libros. Pero no olvidemos que ese binomio hay que conjugarlo con la ·autoritas”, que en la iglesia se entiende como servicio a la ·salus animarun.” La debilidad en el gobierno es mala.   Desde que  el Papa Gregorio  proclamó ser “el servidor de los siervos de Dios”, los Papas siguen teniendo el mismo título, que no es meramente honorífico, como no lo fue para Cristo, que vino a servir y no a ser servido. Servicio. En un buen gobierno se deben conjugar juntos, ya que si no se gobierna nace la anarquía.

Y ahora vamos a ver el perfil de los cardenales que integran este grupo, selecto, ya que viendo su estilo de vida, sabemos lo que piensan y lo que pueden aconsejar. En conjunto, me agrada la selección hecha por el Papa.

José Bertello, Italia,  de 64 años, es licenciado en derecho; ha recorrido como diplomático todo el mundo. Realizó una misión muy importante en las Naciones Unidas. Y, últimamente, el 3 de septiembre de 2011, el Papa lo nombró Presidente de la Comisión Pontificia para el Estado del Vaticano  y Presidente de la Gobernación del mismo. Vino a arreglar el caos de las finanzas vaticanas. Se comenta que será el próximo secretario de Estado.

F.J. Erragurit, de 80 años. Chileno. Fue ordenado en 1961. Estudio Filosofía y teología en la Universidad de Friburgo (Suixa). A su vuelta a Chile fue durante dos años consiliario del movimiento alemán Achoentatt, fundado por el Padre José Kentenich y posteriormente director del mismo movimiento durante 16 años. En 1990 fue nombrado secretario para la Congregación de la  vida consagrada y apostólica. Pablo VI le nombro arzobispo de Valparaíso y posteriormente de Santiago de Chile. Ha sido presidente de la Conferencia episcopal de Chile. Fue presidente del Celan. Fue nombrado cardenal en el 2001. En algunas ocasiones fue polémico, más que nada por sus omisiones. En el Celam tuvo especial relación con el Papa actual.

Oswald Gracias. Indio. 69 años. Doctor en derecho canónico por la Urbaniana de Roma. Fue secretario del Arzobispo de Bombay, al que sucedió en el mismo oficio. Fue Prefecto de la Sagrada Congregación para la evangelización de los pueblos. Ha sido secretario de la Conferencia episcopal india. Ha estado muy cerca de pobres en los suburbios de Bombay.

Reinar Marx, de 60 años, alemán. Benedicto XVI le nombró arzobispo de Munich. Su padre era sindicalista. Es Doctor en Teología. Cardenal en 2010. Ha sido secretario de la Conferencia episcopal alemana. Es buen conocedor de la doctrina social de la Iglesia. Su último libro se titula: “El Capital”. Un alegato a favor de la humanidad. (2011, Planeta). El libro es muy interesante porque resume la doctrina social de la  iglesia, partiendo de los escritos de Juan Pablo II y la encíclica Caiv. de Benedicto XVI. Ha estado muy cerca del mundo obrero como su padre.

Sean O’ Malley, 69 años, de EEUU. Arzobispo de Boston. Capuchino, teniendo como maestro y guía a San Francisco. Estudió español, griego, alemán y hebreo. Pasó por varios obispados para solucionar los problemas que la pederastia había causado en varias diócesis. Fue últimamente nombrado arzobispo de Boston. En 2005 cardenal. Es un hombre muy austero. Viste más el sayal franciscano que las ropas cardenalicias. Resumiendo tiene el talante franciscano.

Laurent Monsengwo, de 74 años, arzobispo de Kinshasa, de la república del Congo. Estudio en la Urbaniana e hizo el doctorado en Jerusalén en estudios bíblicos de la mano del Cardenal Martini. Fue secretario de la conferencia episcopal del Congo. En 1910 fue nombrado Cardenal. Fue defensor de los derechos humanos, que fueron muy conculcados por Mobutu. Intervino muy activamente, como árbitro, con motivo de la transición política en la guerra de los Grandes lagos. Es posiblemente la figura religiosa  más importante del continente africano, con una gran cultura. Es una persona muy dialogante.

George Pell, 72 años, australiano, Lcdo. en Teología por la Urbaniana de Roma.  Doctor en filosofía en la rama de Historia de la Iglesia por la Universidad de Oxford. Arzobispo de Sydney. Juan Pablo II lo hizo cardenal. Su candidatura papal estuvo en el candelero.

O. Rodríguez de Madariaga, salesiano, 70 años. Honduras. Estudió teología en la universidad pontificia salesiana. Es piloto aeronáutico. Domina el italiano,  el alemán y el inglés. Terminó siendo arzobispo de Tugucigalpa. En 2001 fue nombrado cardenal por Juan Pablo II. Recibió el premio Flakl del ayuntamiento de Viena por su compromiso con los pobres. Luchó contra la corrupción y la droga. Esta actitud le causó muchos problemas. Ha sido Presidente de la Conferencia Episcopal  de Honduras y Presidente de Caritas Internacional. Es un hombre enérgico en la defensa de los derechos humanos y es muy rígido en sus planteamientos.

Con esta breve exposición de sus perfiles podemos concluir. Todos ellos,  con distintos orígenes tienen una formación europea. Todos ellos han tenido una relación de cercanía con los dos últimos papas. En todos ellos aparece una actitud preferencial por  humildes, sin excluir ese amor universal que un pastor debe tener por todas sus ovejas.  Por  lo menos, tres de ellos, han estado muy unidos a los documentos del CELAN. El Papa fue el relator de los documentos de Aparecida. Si se lee el documento se refleja en él parte de su forma de ser, aunque haya sido firmado por los Obispos asistentes (Brasil). Comienza a vislumbrarse un corrimiento  de la teología hecha en Europa. Se intenta una teología más centrada en Cristo y en lo valores fundamentales del evangelio. Se da más importancia a la justicia que  al derecho. Se va más  a la esencialidad del mensaje que a los ropajes. Su busca más la participación, cooperación y  la corresponsabilidad. Basta con leer el documento de Aparecida para descubrir todo esto.

 ¿No será más importante que vivíamos una teología de comunión que de aislamiento? ¿Acaso no será conveniente que los Papas no gobiernen solos la Iglesia, sino que es necesario que oigan el murmullo de la calle?  ¿Acaso no será conveniente que todos tomemos conciencia de que por el bautismo los laicos, los religiosos, los sacerdotes  también somos  iglesia? ¿No será conveniente que volviéramos los ojos a las primitivas comunidades cristianas para vivir profundamente el sentido de la fraternidad?

Termino con la carta de San Ignacio de Antioquia: “Por esto debéis estar acordes con el sentir de vuestro obispo, como ya lo hacéis. Y en cuanto a vuestro colegio presbiteral, digno de Dios y del nombre que lleva, está armonizado con vuestro obispo como las cuerdas de una lira. Este vuestro acuerdo y concordia en el amor es como un himno a Jesucristo. Procurad todos vosotros formar parte de este coro, de modo que, por vuestra unión y concordia en el amor, seáis como una melodía que se eleva a una sola voz por Jesucristo al Padre, para que os escuche y os reconozca, por vuestras buenas obras, como miembros de su Hijo. Os conviene, por tanto, manteneros en una unidad perfecta, para queseáis siempre partícipes de Dios”. (De la carta a los efesios)

viernes, 12 de abril de 2013

ESCUDO DEL PAPA. LA MISERICORDIA DE DIOS


 

EL ESCUDO DEL PAPA Y LA MISERICORDIA DE DIOS

Principio del formulario

El nuevo escudo papal, casi igual que cuando era Arzobispo de Buenos Aires, prevé el cambio de la estrella, que en vez de 5 puntas tiene 8, para simbolizar las 8 bienaventuranzas. Modifica la flor de nardo, que representa a San José, patrono de la Iglesia universal. Aparece el símbolo de los jesuitas JHS, que se mantiene como estaba. La estrella simboliza a la Virgen, Madre de Cristo y de la Iglesia, mientras la flor de nardo simboliza a San José, patrono de la Iglesia universal (son las grandes devociones y preferencias del Papa).

         El lema de Papa es éste: Según el pasaje completo del Evangelio -“Jesús vio a un hombre, llamado Mateo, sentado ante la mesa de cobro de los impuestos, y le dijo: Sígueme”. Ante los comentarios de los publicanos y recaudadores de impuestos, que no entiende que llame a un pecador, Jesús les dijo: “Id y aprended que significa prefiero la misericordia al sacrificio”.(Mt.9, 16)) Con ello les recrimina muy finamente que Dios prefiere la misericordia a los sacrificios de la antigua ley, ya que la salvación del hombre viene de Dios, y no de la ley.

          El Papa partiendo de este texto evangélico, usa como lema de su pontificado las palabras “Miserando atque eligendo”,que proceden de un pasaje de de San Beda el Venerable, comentando el relato evangélico de la vocación de San Mateo; las traduce en un latín decadente por “miserando atque eligendo”, esto es, teniendo misericordia, lo eligió y Mateo lo siguió. Con este simbolismo indica la llamada de Dios a los 17 años, y si ingreso en la compañía de Jesús. Es significativo el hecho de que al aceptar el pontificado dijera estas palabras: “Soy un gran pecador, confiando en la misericordia y paciencia de Dios y en el sufrimiento, acepto.”

Por este motivo la palabra misericordia estaba muy gravada en él. Tal vez sea la palabra que más ha repetido en este mes de pontífice, casi siempre unida a la palabra amor. Dios es amor y misericordia. La palabra perdón esta unida al amor misericordioso de Dios. La cruz de Cristo encierra esta dimensión, ya que la cruz es símbolo de "amor, misericordia, perdón y también justicia”. “La misericordia de Dios es tan fuerte que hace florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos” (Ez.37,1.14).

“Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejémonos amar por Jesús, dejemos que la fuerza de su amor trasforme también nuestras vidas, y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de las cuáles Dios puede regar la tierra, custodiar toda la creación y florecer las justicia y la paz”. “La misericordia trasforma nuestras vidas”. La misericordia nace del corazón, y es ternura, afecto, alegría, gozo y sonrisa. “Dios nos vence con su misericordia”, nos llama y nos enseña el camino, que da sentido a nuestra vida. Lo contrario es el odio, el rencor, la venganza. En la palabra del hijo pródigo, Dios es amor porque va a su encuentro, Dios es misericordia porque perdona, Dios es compasivo, porque limpia las lagrimas del hijo que llora. Su misericordia se manifiesta en que Dios es comprensivo, paciente, siempre está a la espera. En que siembra misericordia, recoge la luz, nos trae la paz, y nos hace vibrar con su ternura.
            Para el Papa “Tomás reconoce su propia pobreza, su poca fe: “‘Señor mío y Dios mío’: con esta invocación simple, pero llena de fe, responde a la paciencia de Jesús. Se deja envolver por la misericordia divina, la ve ante sí, en las heridas de las manos y de los pies, en el costado abierto, y recobra la confianza. Es un hombre nuevo, ya no es incrédulo sino creyente”.
            “Dios nos espera siempre, aún cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos”. Hay también una reciprocidad: “Sed misericordiosos, como vuestro Padre”(Mt.6, 36).” Dios es compasivo y misericordioso, tardo a la ira y rico en amor y fidelidad” /Ex.34, 6). Dios se compadece del hombre y lo perdona (Is.55, 7). La misericordia está unida a la gracia (Heb.4, 16). No es un puro sentimentalismo, sino que tiene que traducirse en obras:”Sé tú también misericordioso”(Lc. 10, 37). En castellano hay una cascada de palabras muy parecidas, que nos hacen descubrir los muchos matices que tiene este vocablo: Amor, compasión, alegría, paz, clemencia, humanidad, ternura, perdón, justicia, gracia etc.

El hombre es un ser que conoce y puede comprender los misterios del mundo. Jesús es el centro del cristianismo, a quien tenemos que conocer y amar, pero hay una exigencia fundamental en la vivencia cristiana, que se reduce a estas palabras amar y comportarse misericordiosamente, ya que Dios es amor y Dios siempre perdona. El salmo nos enseña como tenemos que orar.
            «Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: “Eterna es su misericordia” (Sal 117,1-2

Final del formulario

 

domingo, 7 de abril de 2013

BAUTISMO DE UN ADULTO POR EL PAPA



BAUTISMO DE UN ADULTO POR EL PAPA


          Hace unos días me enviaron esta historia del Papa Francisco, cuando ejercía el ministerio, como  arzobispo de Buenos Aires. Es una historia pequeña, insignificante, diría, sin importancia. Sin embargo admiro el gesto, su actitud ante un ser humano que sufre y que busca y se le cierran las puertas. Me admiran los gestos del Papa  más que sus palabras. El entonces Cardenal, responde a una llamada telefónica de un desconocido, que busca consuelo en su angustia. La historia es muy sencilla, tal como la cuenta la protagonista. “
         Mi esposa, mi hijo Eduardo, mi hija Emilie y yo vivimos hace 3 años en Canadá por temas laborales, Hace 6 meses decidimos que íbamos a bautizar a nuestra hija en Argentina y queríamos que el padrino fuera mi cuñado Federico Abalsamo. Cuando le preguntamos a Federico, él nos dijo que le encantaría pero que necesitaba bautizarse para ser padrino.

        La familia de mi esposa es una familia mixta judeo-Catolica, ya que la madre de mi esposa es judía y el padre es Católico…Los padres siempre le dieron a ellos la opción de elegir su religión. Mi  esposa eligió la religión católica. La hermana Carolina la religión judía y el hermano Federico siempre estuvo más cerca del catolicismo, pero nunca se bautizo. Entonces esa era una buena oportunidad para  poder hacerlo.

        Empezó a averiguar para bautizarse en varias Iglesias y todas le ponían trabas de cursos o trámites burocráticos para hacerlo. Por ese motivo Federico nos llamó y nos agradeció que lo hubiéramos elegido como padrino, pero que no se había podido bautizar por las trabas que había encontrado para hacerlo y que dado el corto tiempo que faltaba para el bautismo iba a ser imposible.

       MI esposa no resignándose decidió llamar a la Arquidiócesis de Buenos Aires para intentar hablar con Bergoglio, en aquel entonces Cardenal (eso fue aproximadamente el 15 de noviembre de 2012, 3 meses atrás). Pudo hablar con la secretaria de Bergolio, quien escuchó atentamente toda la historia y le dijo que se lo iba a trasmitir al Cardenal; 15 minutos más tarde sonó el teléfono nuestro….Era el mismísimo Bergoglio, llamando para preguntarnos en que nos podía ayudar. No lo conocíamos….no nos conocía…y sin embargo nos llamó. Mi esposa le contó nuevamente lo que pasaba y la historia familiar…y Bergoglio le dijo que con mucho gusto iba a bautizar a Federico….que vaya ese mismo sábado a la catedral que el mismo lo iba a bautizar. Cuando Bergoglio terminó de bautizar a Federico le dijo que jamás se olvide de sus raíces judías. ¡Increíble persona! Y como si eso fuera poco, Bergoglio se ofreció a bautizar a mi hija. Nosotros no lo podíamos creer…que el mismísimo Cardenal Bergoglio bautice a nuestra hija.
          El cardenal se tomó la molestia de venir desde su casa a la iglesia de San Martin de Tours un sábado a la tarde a bautizar especialmente a nuestra hija sin conocernos y con la humildad de un grande.
            Tuve la alegría de conocerlo y de hablar con él y es una persona extraordinaria. Me gustaría mucho que publiquen esta historia porque habla mucho de su humildad y de como él piensa e interactúa con las religiones hermanas  ¡Realmente un ejemplo increíble! 


miércoles, 3 de abril de 2013

SALIR A LA PERIFERIA


.                  SALIR A LA PERIFERIA

Me fascinó la primera vez que el Papa dijo que teníamos que salir a la periferia. Era una palabra sugerente. Periferia era lo que está fuera del centro. Para el diccionario de la real academia es “un espacio que rodea un núcleo cualquiera. Quedaba claro que había que salir del núcleo hacia fuera. Rastreando el pensamiento del papa en otro escrito antes de ser Papa (el Jesuita) decía: “Creo que una Iglesia que se reduce a lo administrativo, a conservar su pequeño rebaño, es una Iglesia que, a la larga, se enferma. El pastor que se encierra no es un auténtico pastor de ovejas, sino un "peinador" de ovejas, que se pasa haciéndole rulitos, en lugar de ir a buscar otras”. El mismo Papa, entonces Jorge Badoglio en el mismo libro cuenta esta escena del entonces Cardenal Roncalli: “Siendo patriarca de Venecia, solía bajar a las 11 a la plaza de San Marcos a cumplir con el llamado "rito de la sombra", que consiste en ponerse a la sombra de un árbol o de un tabique de los bares y tomarse un vasito de vino blanco y conversar unos minutos con los parroquianos”. Vivir en la periferia, por tanto,  es salir de la sacristía,  de los despachos y de las Iglesias. Salir a la periferia donde está la pobreza y la miseria. Salir a las calles, donde todo son navajazos y sangre. Buscar a los que no creen y darles la mano. Abrazar a los que no piensan como nosotros.  Visitar a los enfermos que sufren y lloran, y limpiarle sus lágrimas. Visitar a los viejos solitarios, que nadie los quiere. Ir por el mundo como Francisco de Asís deseando la paz a todos los hombres de buena voluntad. Anunciar en todas las esquinas, que todos los hombres sin diferencia de raza y religión somos hermanos. Es anunciar al Cristo sufriente, que aún está con nosotros y vive entre nosotros. Salir a la periferia es decirles que Cristo nos ha traído el "amor, misericordia, perdón y justicia”. Es “cargar con sus penas y alegrías y esperanzas”. Ser tolerantes con los que viven en un mundo distinto del nuestro. “Hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora y acercarse a  “periferias donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones”.

 Es difícil salir de nuestro mundo interior. Nos sentimos muy a gusto en nuestro sillón, estamos muy instalados en nuestras rutinas y en nuestro confort. Nuestro trabajo es sentir como Cristo.” El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga», y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja», pastores en medio de su rebaño, y pescadores de hombres”. Que bella la frase con olor a oveja, ya que el pastor que está al frente de ellas, las acompaña y defiende y huele como ellas.

“El Buen pastor “sale de la misa con cara de haber recibido una buena noticia. Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, «las periferias» donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado con las cosas de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: «Rece por mí, padre, que tengo este problema... son la señal de que la unción llegó a la orla del manto, porque vuelve convertida en petición. Cuando estamos en esta relación con Dios y con su Pueblo, y la gracia pasa a través de nosotros, somos sacerdotes, mediadores entre Dios y los hombres. Lo que quiero señalar es que siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición, a veces inoportunas, a veces puramente materiales, incluso banales - pero lo son sólo en apariencia - el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroisa cuando tocó el borde de su manto. Ese momento de Jesús, metido en medio de la gente que lo rodeaba por todos lados, encarna toda la belleza de Aarón revestido sacerdotalmente y con el óleo que desciende sobre sus vestidos. Es una belleza oculta que resplandece sólo para los ojos llenos de fe de la mujer que padecía derrames de sangre. Los mismos discípulos - futuros sacerdotes - todavía no son capaces de ver, no comprenden: en la «periferia existencial» sólo ven la superficialidad de la multitud que aprieta por todos lados hasta sofocarlo (cf. Lc 8,42). El Señor en cambio siente la fuerza de la unción divina en los bordes de su manto”.
         "Así hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las «periferias» donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones. No es precisamente en autoexperiencias ni en introspecciones reiteradas que vamos a encontrar al Señor”…

“El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco - no digo «nada» porque nuestra gente nos roba la unción, gracias a Dios - se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga”,

Para terminar quiero citar unas palabras de Benedicto XVI, que me impresionaron cuando las leí hace tiempo y tienen relación con lo dicho: “En la Iglesia la atmósfera resulta irrespirable si los portadores del misterio olvidan que el sacramento no es un reparto de poderes, sino una expropiación de sí mismo a favor de Aquel en nombre del cual debo hablar y obrar. Donde a la mayor responsabilidad corresponde la mayor autoexpropiación, allí nadie es esclavo de los demás, allí domina el Señor, y por eso vige el principio de que “el Señor es el espíritu, y donde está el espíritu allí está el Señor”(La Iglesia, Paulinas, 91, 87).

 

 

lunes, 1 de abril de 2013

DOS PAPAS JUNTOS


El encuentro de dos Papas en Castel Gandolfo
          Dos viejos se encuentran. Uno dejó la Sixtina, rodeado de tanta belleza. Atrás quedaron sus sueños, sus ilusiones, parte de su ser gastado en el ajetreo de la Basílica vaticana y en el otro  su caminar por las periferias de Buenos Aires. Éste al cumplir los setenta y cinco años escribió al Papa la carta ritual para pasar a ser arzobispo emérito de Buenos aires. El obispo auxiliar comenta que  ya tenía preparada una habitación en la residencia sacerdotal de Buenos Aires, una vez que el Papa aceptara su dimisión. Benedicto, en su fragilidad, se retira a Castel Gandofo, para vivir en la oración y el silencio y después a un convento. Jorge viene a Roma, y en un viraje inesperado de los cardenales, lo eligen Papa y le preguntan el nombre que quiere ponerse. Me llamaré Francisco (de Asís).El nombre quería decir mucho y de verdad que en pocas horas nos sorprendió a todos.

Se abrazan en el helipuerto dos hermanos distintos. Uno es un intelectual, que ama y lleva en su corazón los libros y a la iglesia. El otro un pastor, con acentos de párroco de aldea, y cercano a sus ovejas. Francisco visita a Benedicto. Ambos se funden en un abrazo, sin palabras, sólo se oye decir que somos hermanos. Es el primer abrazo entre dos papas vivos. Nunca en la historia se había dada este acontecimiento.  Es la primera oración, que dos papas hacen juntos. Son los primeros dos papas que intercambias palabras en la historia. Es el primer Papa que le regala a su sucesor, una Virgen de la  humildad. Es curioso que Francisco dijo a su antecesor “gracias por su humildad durante su pontificado.” Es verdad que su sencillez y ternura (tenerezza) eran encantadoras. Me pareció oír esta palabra. Pero Benedicto le respondió con un gesto, no preparado, regalándole un icono de la Virgen de la humildad que le había regalado el Metropolita Hilarión, en nombre del Patriarca Kiril el 20 de marzo. Le devolvía la pelota, ya que él pedía a la Virgen que fuera también un papa humilde y sencillo. No era el Papa que nos habían descrito como cancerbero de la ortodoxia. Todo era ternura y timidez.
            Los dos papas y los dos secretarios comieron juntos durante cuarenta y cinco minutos en una comida entrañable. Son distintos en todo, pero ambos son humildes, sencillos, rebosantes en un gran amor a Cristo.  La conversación de hermanos fue sin profundidades. Los vaticanistas parece  que expiaron la conversación, ya que afirman que hablarían de los problemas de la Iglesia, de la reforma de la Curia, de los problemas de África y China etc..De momento se trata de una conversación entre dos ancianos, que aman mucho a la iglesia. No era el momento de hablar de altas teologías ni de problemas muy serios. Ello lo harán más tarde. Me impresionó el encuentro de los dos sólo con ver sus gestos, y su andar pausado del antiguo Papa. Vi a un Benedicto XVI muy envejecido, casi arrastrando los pies, y en un mes que llevo sin verlo, veía un Papa más torpe. En el Papa Francisco, a sus setenta y seis, veía un Papa más dinámico, más ligero, abriendo horizontes más amplios con su sonrisa. En la confluencia de estas dos personas veía en uno la sabiduría y ciencia. Yo sé, porque soy viejo, que la vejez es soledad y silencios, contemplación, sosiego y  paz. Sé que el viejo ama con el corazón cansado, pero su amor es infinito y fuerte, porque está sobre el tiempo. Sé que su mente es un arca de sabiduría y experiencia. Sé que los arboles viejos no los arrancan los huracanes, porque tienen raíces muy profundas. Sé que el viejo joven es capaz de sonreír, esperar, y estar con los brazos abiertos a la vida. Sé que el hombre se hace viejo, cuando deja de soñar y esperar.

Yo pido al Señor por los dos. A uno para que en su soledad, siga pidiendo por esa iglesia que tanto ama y siga besando sus libros. A Papa Francisco para que como pastor siga alimentando a sus ovejas. Yo soñaba un papa joven. Pero he cambiado de opinión. Ya no existe diferencia entre la juventud y la vejez para gobernar la Iglesia, porque así lo ha querido el Espíritu Santo. Me dio pena, cuando el Papa Francisco se montó en el helicóptero, y el Papa Benedicto levantaba su mano trémula, despidiéndose de él. Su quedaba sólo sin su amigo Francisco, pero en la compañía de Jesús, del que ha escrito tres libros.