jueves, 23 de octubre de 2008

SARKOZY Y LA LAICIDAD

LA LAICIDAD SEGÚN EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA NICOLÁS SARKOZY.

Quiero hacer un resumen del concepto de laicidad propuesto por Sarkozy en las tres intervenciones, en que ha hablado del tema: En San Juan de Letrán, con ocasión de su visita a Rial y de la visita del Papa a Francia. El tema lo ha tratado más ampliamente en el libro suyo “La república, las religiones y la esperanza, escrito antes de ser presidente, del que hace tiempo hice un comentario en este blog. En realidad no añade nada nuevo. Solo articula en sus nuevas intervenciones su pensamiento. Es curioso que su libro no llegara a tener la repercusión social, como tuvieron las intervenciones a que he hecho referencia.. He procurado no desvirtuar su pensamiento. Por este motivo las citas son largas, con pocos comentarios, sólo orientativos por mi parte.

Definición de la laicidad:
“Ya nadie cuestiona que la laicidad es una libertad: libertad de creer, o no creer, de practicar una religión o de cambiarla por otra, de no ser afectado en su conciencia por prácticas públicas; libertad para los padres de permitir que se dé a sus hijos una educación conforme a sus creencias”.
Termina esta definición haciendo esta afirmación: “La laicidad se ha convertido en una condición de la paz civil”. Evidentemente, si no hay la libertad religiosa, una democracia queda disminuida.
Para él la religión no sólo no estorba en una sociedad democrática, sino que es un valor muy positivo, que puede hacer aportaciones muy interesantes: “Las religiones, en especial la católica, son patrimonios vivos de reflexión y pensamiento. Sería una locura privarnos de ellas”.
“Las religiones, y en particular la cristiana, con la que compartimos una larga historia, son patrimonios vivos de la reflexión y del pensamiento, no sólo sobre Dios, sino también sobre el hombre, sobre la sociedad, y también sobre esta preocupación, que hoy es central, la naturaleza. Sería una locura privarnos de las religiones, una falta contra la cultura y el pensamiento”.

Nos habla de una laicidad positiva, fundada en el diálogo, en la tolerancia mutua y en el respeto.
Este diálogo nos ofrece la posibilidad de llegar a descubrir el sentido de la vida: La laicidad positiva ofrece a nuestras conciencias la posibilidad de llegar a un intercambio, más allá de las creencias y de los ritos, sobre el sentido que queremos dar a nuestra existencia.

Aportaciones de la religión
En este momento en que nuestra sociedad de una manera global, está pasando por un derrumbamiento económico, con anterioridad a estos momentos, el Presidente francés, hace una reflexión interesante sobre la aportación que la Iglesia puede ofrecer a este capitalismo salvaje, que sólo ha buscado la rentabilidad económica, sin tener en cuenta que la persona tiene que estar en el centro de la economía:” Francia ha emprendido, junto a Europa, una reflexión sobre la moralización del capitalismo financiero.
El crecimiento económico no tiene sentido, si se convierte en su propio objetivo. Sólo una mejora de situación del mayor número personas y su realización personal constituyen sus objetivos legislativos.
Esta enseñanza que forma parte de la doctrina social de la Iglesia, está en perfecta consonancia con los desafíos de la economía contemporánea y globalizada.. Nuestro deber es escucharla”.

Mirar a nuestras raíces
.Una laicidad abierta tendría que tener en cuenta nuestra cultura, que está fundamentada en el cristianismo y en la cultura greco-romana: “La fe cristiana ha penetrado en profundidad en la sociedad francesa, su cultura, sus paisajes, su forma de vivir, su arquitectura y su literatura….Las raíces de Francia son esencialmente cristianas..
Como Benedicto XVI , considero que una nación que ignora la herencia ética, espiritual, y religiosa de su historia, comete un crimen contra la cultura, contra su misma historia, patrimonio, arte y tradiciones populares, que impregnan profundamente nuestra manera de vivir y pensar. Arrancar las raíces es perder la significación, es debilitar el crecimiento de la identidad nacional y secar aún más las relaciones sociales, que tanta necesidad tiene de símbolos de memoria”.
Termina la frase con una afirmación que a algunos puede parecer radical. El Estado laico no pierde su laicidad, si asume las raíces cristianas e incluso las revitaliza, ya que todo ello redundará en bien de la república. La ,masonería ha criticado esta postura de Sarkozy: “Asumir las raíces cristianas de Francia e incluso revalorizarlas, sin dejar de defender la laicidad que al fin ha llegado a su madurez”.

La religión ayuda al hombre a buscar el sentido de la vida.
“Europa ha experimentado muchas ideologías. Ha puesto sucesivamente sus esperanzas en la emancipación de los individuos, en la democracia, en el progreso técnico, en la mejora de las condiciones económicas y sociales, en la moral laica. Se extravió gravemente en el comunismo y en el nazismo. Ninguna de estas diferentes perspectivas-que evidentemente no pongo en el mismo plano, han estado en condiciones de satisfacer la necesidad profunda de los hombres y las mujeres de encontrar un sentido a la existencia…Las facilidades materiales cada vez mayores en los países desarrollados, el frenesí del consumo, la acumulación de bienes, subrayan cada día más la aspiración profunda de las mujeres y de los hombres a una dimensión que les supere, porque esa aspiración nunca ha estado menos satisfecha que hoy”,

Es necesario pedir perdón:
Como Presidente de la República puedo pedir perdón por los sufrimientos que ha debido sufrir la Iglesia en Francia por el laicismo beligerante y ateo, desde la revolución francesa y posteriormente con motivo de la ley de 1905:. “Conozco bien los sufrimientos que su ejecución provocó en Francia entre los católicos, entre los sacerdotes, y entre las congregaciones antes de 1905.
Sé también que la interpretación de la ley de 1905, como un texto de libertad, de tolerancia y de neutralidad, es en parte una reconstrucción del pasado. Fue sobre todo por su sacrificio en las trincheras de la gran guerra, compartiendo los sacrificios de sus conciudadanos, como los sacerdotes y religiosos de Francia desarmaron el anticlericalismo y fue su inteligencia común lo que permitió a Francia y a la Santa Sede superar sus querellas y establecer sus relaciones”.

Cree en la esperanza
Aunque él no se confiesa católico practicante, lo que más ha admirando siempre en las figuras cumbres del catolicismo francés, ha sido su esperanza: “Comparto el juicio del Papa, cuando considera en su última encíclica que la esperanza es una de las cuestiones más importantes en nuestro tiempo. Parece que el hombre tiene necesidad de una esperanza que vaya más allá .Parece evidente que sólo pueda bastarle algo infinito, algo que siempre será lo que él nunca podrá alcanzar (…), Si no podemos esperar más que lo accesible, ni más de lo que podemos aguardar de las autoridades políticas y económicas, nuestra vida se reducirá a una vida privada de esperanzas…. Un hombre que cree es un hombre que espera. Y el interés de la república es que haya muchos hombre y mujeres que esperen.”

Relación entre la ética civil y religiosa
La pastura del Presidente ha sido muy criticada por sectores ateos y agnósticos. Para estos la religión debe quedar encerrada en el ámbito de lo privado..Sarkozy distingue dos campos. Hay una moral laica, humana e independiente de la moral religiosa. El otro campo es una moral inspirada en convicciones religiosas. Ambos aspectos pueden convivir juntos: “Y además quiero decir que si incontestablemente existe una moral humana independiente de la moral religiosa, sin embargo la república tiene interés en que exista también una moral inspirada en convicciones religiosas. Primero, porque la moral laica siempre corre el riesgo de agotarse o de derivar hacia el fanatismo, cuando no va vinculada a una esperanza que llene su aspiración hacia lo infinito. Y además porque una moral desprovista de lazos con la trascendencia está mucho más expuesta a las contingencias históricas y finalmente a la fragilidad”.
Sarkozy no desarrolla esta doble relación, que ha estado en el fondo de toda la discusión. Estos valores de la ética civil son cristianos, aunque difieran en su motivación. La solidaridad está fundamentada en la dignidad de la misma persona. El concepto de fraternidad es mucho más profundo en sus motivaciones cristológicas, que, que como dice en Mateo, sí son cristianas. De una manera indirecta condena el relativismo que nos invade. Para el relativismo y positivismo jurídico todo es igual. No existen valores absolutos. El estado puede establecer democráticamente lo que quiera. Esta es la única moral. Sarkozy está en contra de esta postura. Para él además del derecho existe una moral o una ética civil en plena convergencia con la religiosa en muchos aspectos. Para él los cristianos tienen derecho en exponer públicamente lo que piensan sobre la política en un sentido amplio y exponer desde la racionalidad sus proyectos humanos en las discusiones públicas, ya que con ello se enriquece el diálogo, incluso con lo no creyentes..

Admiración del hombre religioso:
En la transmisión de los valores y en el aprendizaje entre el bien y el mal, el profesor nunca podrá sustituir al pastor o al cura, porque siempre el resaltará la radicalidad del sacrificio de su vida y el sacrificio de un compromiso transportado por la esperanza.

El político ante la religión.
Un político como yo, no puede decidir en función de consideraciones religiosas. Pero es importante que su reflexión y su conciencia estén iluminadas sobre todo por juicios que hacen referencia a normas y convicciones libres de contingencias inmediatas. Todas las inteligencias, todas las espiritualidades, que existen en nuestro país deben tomar parte en ello.

Un deseo para el futuro
Ha llegado el tiempo de que, en un mismo espíritu, las religiones y en particular la católica, que es nuestra religión mayoritaria y todas las fuerzas vivas de la nación miren juntas a los desafíos del futuro y no solo a las heridas del pasado.

Un voto para el futuro
Por eso voto por el advenimiento de una laicidad positiva, es decir, una laicidad, que, siempre velando por la libertad de pensar, de creer o no creer, no considere que las religiones son un peligro, sino que son un valor (……) Al contrario se trata de buscar el diálogo con las grandes religiones de Francia y tener como principio el facilitar las grandes corrientes espirituales.

Respuesta del Papa
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En este momento histórico, en el que las culturas se entremezclan más entre ellas, estoy profundamente convencido de que una nueva reflexión sobre el significado auténtico y sobre la importancia de la laicidad es cada vez más necesaria. En efecto, es fundamental, por una parte, insistir entre la distinción entre ámbito político y religioso para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos, como la responsabilidad del Estado hacia ellos; por otra parte, adquirir una más clara conciencia de las funciones institucionales de la religión para la formación de las conciencia y de la contribución que puede aportar, junto a otras instancias, para la creación de un consenso ético de fondo en la sociedad.