viernes, 18 de octubre de 2013

CONCILIO VIRTUAL


El Cardenal Rodríguez  Madariaga ha dicho, que va a haber Sínodos online. Yo me pegunto…. ¿Y por qué no Concilios? No veo lejana esta posibilidad en las generaciones nuevas. Los viejos tendrán que contentarse con sus máquinas de escribir o a lo sumo con una pluma de las antiguas. Pero los jóvenes que todo el día están con sus smartphone's y tabletas  taca que taca, comunicándose con el mundo global, están capacitados para ello. ¿Por qué no van a poder hacer un concilio  virtual?

Los obispos pueden tener sus teólogos consultores, mediante el Whatsapp, que en un segundo trasmite el pensamiento del consultor y la contra-réplica del consultante. Cada Obispo manda su respuesta a su Conferencia episcopal. Una vez calibrada la opinión de varios teólogos, la Conferencia redacta la respuesta de acuerdo con las respuestas recibidas, hace su informe y lo envía al Jefe del Concilio. El cual mete lo recibido en un robot gigantesco, que ha comprado el Vaticano para este fin, procesa las respuestas,  y automáticamente sintetiza y  unifica la diversidad de opiniones en un orden admirablemente establecido, suponiendo que las Conferencias episcopales y los obispos del mundo sean diligentes y hayan dado clases de informática.

El Concilio es presidido por los Cardenales de G8, que desde la capilla Sixtina, abarcan todo el mundo con sus máquinas digitales. Los artistas  piden que los cardenales se vayan a otro lugar, porque temen que sean capaces de quemar la capilla Sixtina. ¡Hay tantos cables y puede quemarse esta joya tan maravillosa!

 El Papa a la media  hora tendrá a la vista lo que piensa sobre una materia el episcopado del mundo e inmediatamente podrá mandarlo a todos los obispados y parroquias del mundo. Este sistema tiene varios inconvenientes: Falta el calor personal, falta el tú a tú, no se pueden especificar los matices, faltan los apretones de manos, besos  y  sonrisas, no hay enfrentamientos entre las distintas posturas, que tanto le gustan a  los periodistas etc. Es verdad que el Concilio resulta un poco insípido y frío.

 El gigantesco robot encierra en sus entrañas millones de pensamientos esquemáticos y sin alma.  Hay otra seria dificultad, que muchas de las cosas tratadas son delicadas y confidencales, y Obama, que mete las narices en todo, va a controlar también el Concilio.

¿Quien redacta el documento definitivo, después de leerse millones de respuestas? El Papa no puede, dada su edad. Seria cuestión de decirle a los americanos que hicieran un robot más perfecto y que pudiera hacer también la redacción. Todos estaríamos muy contentos, porque en tres horas sabemos lo que piensan los obispos y el Papa sobre una cuestión, si es que los hackers no siembran las redes de virus con mala uva. ¡La colegialidad está superada!

 El concilio virtual ha sido breve y en la misma tarde, el Párroco podrá comunicar a sus feligreses en la misa de ocho las conclusiones del Concilio que ha durado un día. Las redes nos llevan a una locura. Es la prisa del tiempo, pero todo es más barato.

         Seria un método rápido y eficaz. Los poseedores de smartphon's e ipad's se enterarían de momento en sus tertulias de café, antes incluso que el Párroco. Si a Obama, a la Merkel, o Hollande no le gusta lo que dice le Concilio, pondrían en marcha la respuesta con la misma urgencia y los mismos medios, ya que ellos tienen mejores sistemas y más sofisticados que los nuestros.

         Tiene este sistema otro inconveniente. Desaparece el cuadro de los teólogos en las logias del Vaticano, los cardenales y obispos no pueden ponerse sus capisayos y colorear la plaza con sus rojas vestimentas, los periodistas trabajan online y no pueden tomar capuchinos en la plaza de san Pedro. El gobierno italiano ha elevado una queja al haberse quedado Roma desierta por esta forma de  hacer el Concilio. Los cardenales de Roma protestan por tanta prisa,  pero los demás obispos se callan porque lo ha dicho el Cardenal R. Madariaga, que manda mucho. Una gran mayoría de Obispos  del mundo no están de acuerdo, porque les gustaría darse un paseíto nocturno por la Roma eterna y charlar con tantos amigos que no han visto desde hace mucho tiempo, pero se callan. Con gran expectación esperamos el resultado del Sínodo para aplicarlo al Concilio.

           La última discusión entre los miembros del G8 es, si deben pasar al papel las actas del Concilio, ya que no tienen seguridad científica que se conserven en el Robot “in aeternum”. El Bibliotecario vaticano lo aconseja, porque el libro, aunque se llene de polvo y  se ponga pajizo, hay experiencia de que se conserva durante siglos. En la biblioteca vaticana se colocaría en una sala preferente con los demás concilios. A éste lo llamaríamos el Vaticano III online.