LAICIDAD EN FRANCIA
En esta ciudad secular nace el concepto de laicidad con distintas caras, esto es, se puede entender de muchas maneras, según sea la relación, que el Estado tiene con la religión. Podemos hacer el siguiente esquema que nos ayudará a comprender mucho mejor el problema.
En esta ciudad secular nace el concepto de laicidad con distintas caras, esto es, se puede entender de muchas maneras, según sea la relación, que el Estado tiene con la religión. Podemos hacer el siguiente esquema que nos ayudará a comprender mucho mejor el problema.
Las relaciones entre la religión y los gobiernos, de una manera global podemos resumirlas en este esquema, que desarrollaremos posteriormente punto por punto.
1. La laicidad en Rusia. Se trata de un laicismo ateo, con una dictadura, que quiere suprimir la religión.
2. La laicidad en el nacismo. Es un laicismo ateo, cuyo Dios y religión es la raza aria. Es un totalitarismo en el que no cabe la libertad religiosa.
3. La laicidad en Inglaterra y en Suecia: Estado confesional con libertad religiosa. Hay un gran respeto a todas las religiones.
4. En Arabia Saudi: Teocracia fundamentalista. Confesionalidad religiosa, sin libertad religiosa. Estado totalitario.
5. En Francia, laicismo, con libertad religiosa, cuyo concepto en la actualidad está evolucionando.
6. En España, Italia, Alemania, Portugal etc.: Estado aconfesional, con libertad religiosa.. Estado democrático, con tendencias en algunos de ellos a un laicismo más o menos radical.
Etimología
La palabra laico era lo opuesto a clérigo en el antiguo derecho canónico.
Posteriormente, cuando los Estados, se separaron de la Iglesia, se empezaron a llamar laicos, confesionales o aconfesionales.
La palabra griega, laos, es la que ha dado origen a una serie de palabras, que han ido perdiendo su sentido originario, y en el decurso del tiempo han adquirido unos matices distintos. Durante la exposición, los iremos matizando.
Laico, en latín laicus, que es el término de donde derivan directamente estas palabras.
Laicidad, en latín laicitas
Laicismo, laicismus en latín
Aconfesional (sin confesión religiosa) es el estado que no profesa ninguna religión
2. La laicidad en el nacismo. Es un laicismo ateo, cuyo Dios y religión es la raza aria. Es un totalitarismo en el que no cabe la libertad religiosa.
3. La laicidad en Inglaterra y en Suecia: Estado confesional con libertad religiosa. Hay un gran respeto a todas las religiones.
4. En Arabia Saudi: Teocracia fundamentalista. Confesionalidad religiosa, sin libertad religiosa. Estado totalitario.
5. En Francia, laicismo, con libertad religiosa, cuyo concepto en la actualidad está evolucionando.
6. En España, Italia, Alemania, Portugal etc.: Estado aconfesional, con libertad religiosa.. Estado democrático, con tendencias en algunos de ellos a un laicismo más o menos radical.
Etimología
La palabra laico era lo opuesto a clérigo en el antiguo derecho canónico.
Posteriormente, cuando los Estados, se separaron de la Iglesia, se empezaron a llamar laicos, confesionales o aconfesionales.
La palabra griega, laos, es la que ha dado origen a una serie de palabras, que han ido perdiendo su sentido originario, y en el decurso del tiempo han adquirido unos matices distintos. Durante la exposición, los iremos matizando.
Laico, en latín laicus, que es el término de donde derivan directamente estas palabras.
Laicidad, en latín laicitas
Laicismo, laicismus en latín
Aconfesional (sin confesión religiosa) es el estado que no profesa ninguna religión
También, aunque con significados distintos se habla de secular, secularismo, secularización, secularidad. Aunque sus significados son distintos hay una cierta unidad ideológica con los anteriores.
La palabra laicismo proviene originariamente de laicos, derivado de laos, que significa pueblo. En el derecho canónico es lo opuesto a clérigo. Laico era el que estaba en el siglo (secular) frente a clérigo que vivía en el ámbito de lo religioso. El significado evoluciona, por influjo de la Ilustración, y se entiende como opuesto a lo religioso, o, lo que es lo mismo, hay dos mundos, el laico (la sociedad civil) y el religioso, separados, cada uno con una dinámica propia y distinta. Con lo cual se supera la teocracia del antiguo régimen, donde el altar y el trono estaban íntimamente unidos. El concepto primario que define la laicidad es la separación entre ambos poderes, con la libertad religiosa y de cultos como trasfondo. A ello hay que añadir otros aspectos de la libertad y la tolerancia,
Significado en el tiempo
El laico o el simple fiel en la iglesia, no perteneciente ni al clero ni al estado religioso. Es un peón a pie, que vive el siglo sin haber recibido ninguna orden sagrada ni hecho una profesión en una Orden o Congregación religiosa. En los tiempos modernos, por influjo de liberalismo, la iglesia y el estado se separaron y a partir de la Revolución Francesa. El laicismo empieza a tener carta pública en Francia.
La palabra laicismo proviene originariamente de laicos, derivado de laos, que significa pueblo. En el derecho canónico es lo opuesto a clérigo. Laico era el que estaba en el siglo (secular) frente a clérigo que vivía en el ámbito de lo religioso. El significado evoluciona, por influjo de la Ilustración, y se entiende como opuesto a lo religioso, o, lo que es lo mismo, hay dos mundos, el laico (la sociedad civil) y el religioso, separados, cada uno con una dinámica propia y distinta. Con lo cual se supera la teocracia del antiguo régimen, donde el altar y el trono estaban íntimamente unidos. El concepto primario que define la laicidad es la separación entre ambos poderes, con la libertad religiosa y de cultos como trasfondo. A ello hay que añadir otros aspectos de la libertad y la tolerancia,
Significado en el tiempo
El laico o el simple fiel en la iglesia, no perteneciente ni al clero ni al estado religioso. Es un peón a pie, que vive el siglo sin haber recibido ninguna orden sagrada ni hecho una profesión en una Orden o Congregación religiosa. En los tiempos modernos, por influjo de liberalismo, la iglesia y el estado se separaron y a partir de la Revolución Francesa. El laicismo empieza a tener carta pública en Francia.
Empezó a tener un carácter negativo, esto es, exclusión de la religión y de sus símbolos de la vida pública, mediante su confinamiento al ámbito de lo privado y a la conciencia individual. Así ha sucedido que al término laicidad, aunque se ha usado con el mismo concepto de laicismo, en el momento presente se le está dando un significado distinto. Ahora se habla de laicidad positiva frente a laicidad negativa (laicismo) (Unión de juristas católicos italianos 9 dic. 2006).
Concepto
La laicidad es una consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado, de la proclamación de la libertad religiosa y de la libertad de cultos. Estos son los tres principios, que definen la laicidad, con otros conceptos de los que hablaremos posteriormente.
Estado laicista.
Francia fue un Estado laicista, como vamos a ver a continuación. El laicismo es ateo o agnóstico con diversos matices, según se trate del laicismo proveniente de la revolución francesa, o tenga influencias de la masonería o del socialismo-marxista o fascista. Su ideología es como una nueva religión, que se intenta imponer a la sociedad. Es intolerante e irrespetuoso, tanto con lo religioso como con otras ideologías discrepantes. Tiene sus dogmas, sus principios y su liturgia. El laicismo persigue a la Iglesia. Para el laicismo la fe es irracional, y no debe entrar en el debate público.
Los Obispos Franceses, que tanto han sufrido el envite de este laicismo, ya en 1945 decían a este propósito: Si por estas palabras se entiende proclamar la soberana autonomía del Estado en su dominio del orden temporal, su derecho a regir sólo toda la organización política, judicial, administrativa, fiscal, militar etc. declaramos netamente que esta doctrina es plenamente conforme con la doctrina de la Iglesia. La laicidad del Estado puede ser entendida en el sentido de que, en un país dividido por las creencias, el Estado debe dejar a cada ciudadano practicar libremente su religión. En este sentido también es conforme al pensamiento de la Iglesia
La palabra laicismo no aparece hasta 1946. Hasta el 1905 no se habla de la separación entre la Religión y el Estado, aunque este concepto está implícitamente incluido en el Estado laico.
Concepto
La laicidad es una consecuencia de la separación de la Iglesia y el Estado, de la proclamación de la libertad religiosa y de la libertad de cultos. Estos son los tres principios, que definen la laicidad, con otros conceptos de los que hablaremos posteriormente.
Estado laicista.
Francia fue un Estado laicista, como vamos a ver a continuación. El laicismo es ateo o agnóstico con diversos matices, según se trate del laicismo proveniente de la revolución francesa, o tenga influencias de la masonería o del socialismo-marxista o fascista. Su ideología es como una nueva religión, que se intenta imponer a la sociedad. Es intolerante e irrespetuoso, tanto con lo religioso como con otras ideologías discrepantes. Tiene sus dogmas, sus principios y su liturgia. El laicismo persigue a la Iglesia. Para el laicismo la fe es irracional, y no debe entrar en el debate público.
Los Obispos Franceses, que tanto han sufrido el envite de este laicismo, ya en 1945 decían a este propósito: Si por estas palabras se entiende proclamar la soberana autonomía del Estado en su dominio del orden temporal, su derecho a regir sólo toda la organización política, judicial, administrativa, fiscal, militar etc. declaramos netamente que esta doctrina es plenamente conforme con la doctrina de la Iglesia. La laicidad del Estado puede ser entendida en el sentido de que, en un país dividido por las creencias, el Estado debe dejar a cada ciudadano practicar libremente su religión. En este sentido también es conforme al pensamiento de la Iglesia
La palabra laicismo no aparece hasta 1946. Hasta el 1905 no se habla de la separación entre la Religión y el Estado, aunque este concepto está implícitamente incluido en el Estado laico.
El concepto de laicidad en Francia, ha tenido diversidad de acepciones. Al principio de la Revolución Francesa se hablaba de estado laico, entendiendo por ello la separación entre la iglesia y el estado, en contraposición al antiguo régimen, en que el altar y el trono estaban unidos. Con esta separación se venía a indicar la autonomía del poder político frente a lo religioso y la independencia de la Iglesia frente al poder político. Esta separación tenía un trasfondo ideológico: La Iglesia no debía influir en la actuación pública gubernativa, ya que éste era de por si autónomo y suficiente para darse las normas que considerase oportunas..La Iglesia para los jacobinos quedaba reducida a lo privado. Esta laicidad-separación se fue trasformando en un odio a lo religioso, ya que para ellos la Iglesia era una anticualla, una inmovilista, un enemigo del progreso y lo que había que hacer era destruirla o enclaustrarla en el silencio de los templos. Se trata de una ideología, de un ethos, de una concepción de la persona.
Este concepto de laicismo no se aplicó en EE.UU. a pesar de ser el Estado laico. El pueblo americano comprendió, que en aquella multiplicidad de grupos, que formaron aquel Estado laico, la religión era como el alma, que aglutinaba aquella variedad. Incluso en la actualidad, hemos visto como Obama tenía el nombre de Dios con mucha frecuencia en sus labios. En Norteamérica, nación joven, y formada por una oleada diversa de emigrantes, la religión fue para ellos un signo aglutinador en la diversidad. Las ideologías de los jacobinos no se habían infiltrado en su tejido social, siendo lo religioso como el alma de la nueva patria. En Francia el Catolicismo, que había convivido con la monarquía en el antiguo régimen, tenía sus grandes enemigos en los filósofos de las luces para los que el cristianismo era una sociedad fanática, oscurantista, retrasada, etc., que había que destruir
Este concepto de laicismo no se aplicó en EE.UU. a pesar de ser el Estado laico. El pueblo americano comprendió, que en aquella multiplicidad de grupos, que formaron aquel Estado laico, la religión era como el alma, que aglutinaba aquella variedad. Incluso en la actualidad, hemos visto como Obama tenía el nombre de Dios con mucha frecuencia en sus labios. En Norteamérica, nación joven, y formada por una oleada diversa de emigrantes, la religión fue para ellos un signo aglutinador en la diversidad. Las ideologías de los jacobinos no se habían infiltrado en su tejido social, siendo lo religioso como el alma de la nueva patria. En Francia el Catolicismo, que había convivido con la monarquía en el antiguo régimen, tenía sus grandes enemigos en los filósofos de las luces para los que el cristianismo era una sociedad fanática, oscurantista, retrasada, etc., que había que destruir
Unido a este concepto están la libertad de conciencia, la libertad de expresión, la libertad religiosa y la libertad de cultos. Las dificultades en el derecho positivo sólo aparecen, cuando éstas salen de la esfera privada a la pública, como iremos viendo. La gran batalla se da en la enseñanza, ya que los revolucionarios están convencidos de quien maneja la enseñanza, maneja las conciencia. Esta lucha va a durar dos siglos.
Cuando se acerca uno a todo esta problemática, de la que sólo se tienen conocimientos desestructurados, se queda admirado y perplejo de que en estos dos siglos, hayan surgido las utopías más grandes de la historia, acompañadas de tanta sangre y muerte. La utopía de la revolución francesa, que proclamaba la libertad, la igualdad y la fraternidad, suscitó muchas esperanzas y muchas ilusiones. Era un mensaje muy cercano al cristianismo, pero nació sin Dios y quedó a la intemperie. La libertad proclamada, no fue respetada en la práctica. La igualdad deseaba, es verdad que rompió barreras, pero también terminó sembrando abismos. La fraternidad fue un mito, porque los muertos sembraron los caminos de Francia. Las otras dos utopías, el fascismo y el marxismo idolatraron a la raza y a lo colectivo, pero sin Dios, sus utopías compartidas por miles de hombres, fueron hojas secas de otoño, que las arrastraron los fríos y los aires de la tramontana.
La historia es la maestra de la vida. Me gustaría que aprendiéramos del pasado, para programar un futuro distinto.
La laicidad en una democracia está unida a la libertad religiosa, de conciencia y de opinión. Si un Estado democrático no la admite la libertad religiosa, se trasforma en un déspota. Esta libertad es posiblemente el derecho más importante del hombre, ya que, si anula su dimensión trascendente, el hombre queda mermado en su esencia. Aunque la libertad religiosa es un derecho inherente al mismo ser personal, si no tiene el respaldo público y la defensa de un Estado soberano, democrático y laico, no se desarrolla en su plenitud. La libertad ha sido el concepto más querido por el liberalismo. Esa libertad, casi idolátrica, no podía admitir a un Dios, que la limitara. Volveremos sobre el tema en otro lugar.
Íntimamente ligado a este tema está la laicidad-tolerancia, unida a la libertad religiosa, ya que en una sociedad plural, es necesaria la convivencia, para vivir en paz y orden los unos con los otros. Es necesaria la separación de la religión y del estado y que éste sea neutral, ante lo múltiples opciones religiosas que se pueden dar.
Desde la revolución francesa hasta nuestros días se han ido articulando distintas y diversas opciones en este comino, como vemos a continuación. Ha habido tensiones, enfrentamientos, luchas etc. Tenemos que aprender la lección y comprender que el dialogo es mejor que la sangre, que la convivencia es mejor que el insulto permanente, y que la paz es mejor que la guerra, aunque no haya espadas.
Vamos a hacer un resumen de este largo camino que hemos ido recorriendo en estos dos últimos siglos.
La revolución francesa
Francia estaba pasando por muchas dificultades, y se decidió reunir a los Estados generales, que hacía mucho tiempo que no se reunían. Estaban formados por el clero, la burguesía y el pueblo. Iniciaron sus sesiones en una clara mañana del mes de mayo de 1789.
El 26 de Agosto promulgan los derechos humanos. El origen y fuente de la autoridad está en la nación francesa y no en Dios. El estado no necesita de la religión, aunque hasta el 1905 no se proclama la separación del Estado y la religión.
Es de advertir que otra declaración muy parecida se hizo antes en los Estados Unidos. Con matices y filosofías distintas. Para los Americanos los derechos provienen del Creador. Para los Filósofos de las luces, de la misma razón humana, aunque es curioso en presencia y bajo los auspicios del Ser Creador. Para los americanos la religión, en aquella complejidad de credos, es el alma del pueblo americano, ya que por la tolerancia, les lleva a vivir juntos en la variedad de creencias..
Se enuncia el principio de la libertad religiosa: No se puede perseguir a nadie por sus opiniones, ni siquiera las religiosas, siempre que su expresión no altere el orden público establecido por la ley.
Libertad religiosa tiene su límite en el orden público, Qué se entiende por orden público, deberá determinarlo la revolución. No es un derecho fundamentado en la misma naturaleza del hombre y por lo tanto previo al Estado. El Estado podrá conculcarlo, como de hecho lo hizo posteriormente.
La Asamblea proclamó la libertad, la igualdad y la fraternidad. Condenó la libertad omnímoda, ya que la libertad tiene el límite de los preceptos del Creador y los principios de la razón natural. Por esto el error no tiene derechos, sólo hay que tolerarlo. La libertad religiosa nos obliga a admitir que todas las religiones son iguales, porque todas tienen el mismo derecho; lo cual nos hace caer en el indiferentismo, relativismo y al subjetivismo por la libertad de conciencia. En este sentido no puede existir la libertad religiosa.
A pesar de estas declaraciones, muy pronto la Asamblea dejó de respetar estos derechos e incluso se transformó en un huracán devastador, que quiso terminar con la Iglesia. El conflicto estaba servido.
La asamblea aprobó el dos de noviembre de 1789 la requisa de todos los bienes eclesiásticos de la Iglesia, comprometiéndose a entregar a los obispos 12.000 francos al año y a los párrocos 1200 francos mensuales. Los Obispos y muchos clérigos se opusieron a ello. La burguesía estuvo de acuerdo, ya que esperaba la subasta de estos bienes para quedarse con ellos.
El 12 de febrero de 1790 se suprimen todas las órdenes religiosas, a excepción de las que estaban dedicadas a la enseñanza.
En la misma fecha fueron suprimidos los monasterios y conventos no dedicados a un trabajo útil. Si lo religiosos renunciaban a los votos, se les ofreció una pensión. Este movimiento revolucionario, que al principio tuvo la aprobación del clero y de algunos obispos, empezó a desconfiar de este laicismo intransigente y destructor.
Se puso en marcha la Constitución Civil del clero, con el fin de poner a la Iglesia al servicio del Estado. El 29 de mayo se presentó un proyecto en el que se abolían más de cincuenta Sedes Episcopales. Se suprimieron 4.000 parroquias y los cabildos catedralicios. Los laicos debían elegir a los Obispos, sin pedir la confirmación de Roma. Los párrocos eran elegidos en las mismas feligresías .El doce de julio aprobó esta Constitución la Asamblea, que inmediatamente fue ratificada por el Rey, a pesar de la protesta de Pio V. Con ello pretendía crear una Iglesia nacional, manipulada por los revolucionarios. Con esta norma empieza a abrirse un abismo entre la Iglesia y los revolucionarios.
Ante las protestas de muchos obispos y clérigos, que empezaban a desmarcarse masivamente de la revolución, se les exigen el juramento de fidelidad. En octubre de 1791 son declarados sospechosos los que se niegan a hacer el juramento.
Francia entra en guerra con Austria y tiene serios reveses en 1792.
El 14 empiezan los clérigos a emitir el juramento con esta fórmula: Juro ser fiel a la nación, defender con todas mis fuerzas la libertad, la igualdad, la seguridad de las personas y de la propiedad, y morir si es necesario por el cumplimiento de las leyes
.
El 20 septiembre de 1792 la Asamblea proclama el carácter laico del Estado y aprueba el divorcio civil. Aunque esta declaración estaba proclamada por los hechos, ratifica con mucha más claridad, que se trata de un estado laico o más bien laicista, ya que había roto totalmente el diálogo con la Iglesia. La ruptura se estaba trasformando en un abismo.
A finales de septiembre de 1792 el Estado prusiano tomó la fortaleza de Longwy y amenazó a Verdún, la última línea de defesa antes de llegar a Paris. Muchos clérigos que se habían negado a prestar el juramento fueron encarcelados, por temor a que se unieran a los prusianos. Tres obispos y 120 sacerdotes fueron sacados de las cárceles y asesinados.
Dentro de la Iglesia se había producido una fractura, entre los obispos, que no habían hecho el juramento y los juramentados, que se llamaban obispos constitucionalistas. La misma división se produjo entre el clero. Los obispos constitucionales nombrados por el pueblo y los sacerdotes juramentados no eran recibidos por los feligreses en las parroquias.
Otro paso adelante
Siguiendo la línea de Rouseau, proclamaron la religión civil de carácter panteísta: Sin Dios, con sus credos, su liturgia, sus cultos, su moral. Mirabeau escribió en 1792: La declaración de los derechos humanos se ha convertido en un evangelio político y la Constitución en una religión por la que el pueblo está dispuesto a morir. Pretendían un hombre nuevo. La palabra ciudadanía llenaba sus labios. Muchos municipios empezaron a llamarse libertad, igualdad y fraternidad. Se cambiaron el nombre de las calles, que tenían nombres de santos.
De las mujeres que iban a misa decían: Vosotras, vosotras, zorras malditas, sois sus putas (del clero), sobre todo las que asistís a sus malditas misas y escucháis su cháchara..
Los domingos fueron abolidos y se hicieron tres semanas de diez días al mes. En 1793 trasformaron la catedral de Notre-Dame en un templo de la diosa razón, consagrado a la Filosofía. En los pueblos los templos se convirtieron todos ellos en templos de la razón.
El 21 de enero de 1793 fue ejecutado en la guillotina por alta traición el Rey Luis XVI. La muerte del Rey conmocionó a toda Europa.
Tocqueville describe este proceso de esta forma: Como la revolución parecía proponerse la regeneración del género humano más aún que la reforma de Francia encendió una pasión que las revoluciones políticas más violentas nunca había sido capaces de inspirar. Produjo conversiones y generó propaganda. Asumió así al final, aquella apariencia de revolución religiosa que tanto asombró a sus contemporáneos. O se convirtió ella misma, más bien, en un nuevo género de religión, una religión incompleta, ciertamente, sin Dios, sin ritual y sin vida después de la muerte, pero una religión que sin embargo, como el Islam, inundó la tierra con sus soldados, apóstoles y mártires.
Mientras el nuevo sacerdocio político celebraba sus fiestas en la nueva religión, el clero se desmoronaba. Muchos se secularizaron, y otros se prestaron al juego de los revolucionarios, Durante el invierno de 1792-3 un tercio del clero bajo y tres cuartas partes de los Obispos marcharon al exilio, entre 25.000 y 30.000 mil. La mayoría fueron a Inglaterra. Los obispos y los sacerdotes juramentados eran mal vistos por el pueblo, Un cura decía del Obispo de Rennes no es más obispo que un perro. Varios clérigos franceses estuvieron en Jaén. El Cabildo les ayudó económicamente.
Ante tantos atropellos surgió el levantamiento de la Vendée el doce de marzo de 1.793. Un ejército formado por católicos y monárquicos, se reveló contra los revolucionarios, pero fueron aplastados por las fuerzas revolucionarias, que fueron arrasando todo lo que encontraban en su camino: Niños, ancianos, y mujeres etc. Sólo en Lion habían sido ejecutadas más de dos mil personas. El General Turreau mandó: Todos los bandidos a quienes se encentre con armas en la mano, o se sospeche que las hayan llevado, se les pasará a filo de bayonetas. Se actuará del mismo modo con las mujeres, los jóvenes y los niños. Ni siquiera las personas solamente sospechosas se librarán. Todas las aldeas, villas y pueblos y cuanto pueda quemarse, se entregará a las llamas.
Un oficial de ejército, en una carta de enero de 1794 le decía a su hermana: Por donde quiera que pasamos llevamos las llamas y la muerte. No se respeta ni la edad ni el sexo. Aquí uno de nuestros destacamentos quema una aldea, un voluntario mata a tres mujeres con sus propias manos. Es horroroso, pero la salud de la república es un imperativo urgente. ¡Qué guerra! No hemos visto un solo individuo sin dispararle. Todo está sembrado de cadáveres. Las llamas hacen estragos por todas partes.
Murió un tercio de la población con una brutalidad no vista en la historia.
Solzhenitsin, cuando dejó Rusia, vino e ver esta religión, que era un espejo de las barbaridades que él había visto en su propia patria.
El directorio
Entre 1795 y 1799 Francia estuvo gobernada por un directorio de cinco hombres. Se mostraron tolerantes con la Iglesia, que estaba muy dividida entre los que firmaron la constitución y lo que no lo hicieron, que había vuelto del destierro.
El estado sigue siendo laico En 1797 accedieron al poder los anticlericales. Impusieron de nuevo el juramento al clero como señal de odio a la monarquía. Se prohíbe la indumentaria clerical en público, no se permiten las procesiones y los actos del culto al aire libre; enmudecen las campanas, y la manifestación pública de las imágenes.
Intentó revitalizar la religión republicana, con poco entusiasmo por parte del pueblo.
Las tropas francesas invadieron en 1788 los Estados Pontificios, llevándose al Papa Pio VI al cautiverio y al destierro. Al morir el Papa con gran desprecio pusieron en su tumba esta inscripción: Conte Angelo Braschi, que ejercía la profesión de Pontífice.
De los 762 clérigos, que se negaron a prestar el juramento, la mayoría murieron apiñados en un barco camino del destierro. Los obispos disminuyeron de 83 a 25 entre 1792 y 1795.
El laicismo seguía avanzando y quería terminar con la Iglesia.
Napoleón Bonaparte
Después de un golpe de estado del 9 de noviembre de 1799 fue nombrado cónsul. En 1802 Cónsul vitalicio. En 1804 Emperador de los franceses., siendo coronado, con la presencia del Papa, el 3 de diciembre. Fue el genio más grande de estratega militar. Con Napoleón, hombre pragmático, van a cambiar las cosas en relación a la Iglesia. Su estrategia se entiende por estas palabras, que se comenta que dijo en 1800: Fui convirtiéndome en un católico, cuando gané en la guerra de la Vendée, haciéndome musulmán cuando me asenté en Egipto, haciéndome ultramontano, cuando me gané los corazones de los hombres de Italia. Si tuviese que gobernar una nación de judíos reconstruiría el templo de Salomón.
Con este pragmatismo estratégico comenzó a acercarse a la Iglesia. El domingo volvió a ser la fiesta de la comunidad cristiana, que los revolucionarios habían suprimido.
Cuando se acerca uno a todo esta problemática, de la que sólo se tienen conocimientos desestructurados, se queda admirado y perplejo de que en estos dos siglos, hayan surgido las utopías más grandes de la historia, acompañadas de tanta sangre y muerte. La utopía de la revolución francesa, que proclamaba la libertad, la igualdad y la fraternidad, suscitó muchas esperanzas y muchas ilusiones. Era un mensaje muy cercano al cristianismo, pero nació sin Dios y quedó a la intemperie. La libertad proclamada, no fue respetada en la práctica. La igualdad deseaba, es verdad que rompió barreras, pero también terminó sembrando abismos. La fraternidad fue un mito, porque los muertos sembraron los caminos de Francia. Las otras dos utopías, el fascismo y el marxismo idolatraron a la raza y a lo colectivo, pero sin Dios, sus utopías compartidas por miles de hombres, fueron hojas secas de otoño, que las arrastraron los fríos y los aires de la tramontana.
La historia es la maestra de la vida. Me gustaría que aprendiéramos del pasado, para programar un futuro distinto.
La laicidad en una democracia está unida a la libertad religiosa, de conciencia y de opinión. Si un Estado democrático no la admite la libertad religiosa, se trasforma en un déspota. Esta libertad es posiblemente el derecho más importante del hombre, ya que, si anula su dimensión trascendente, el hombre queda mermado en su esencia. Aunque la libertad religiosa es un derecho inherente al mismo ser personal, si no tiene el respaldo público y la defensa de un Estado soberano, democrático y laico, no se desarrolla en su plenitud. La libertad ha sido el concepto más querido por el liberalismo. Esa libertad, casi idolátrica, no podía admitir a un Dios, que la limitara. Volveremos sobre el tema en otro lugar.
Íntimamente ligado a este tema está la laicidad-tolerancia, unida a la libertad religiosa, ya que en una sociedad plural, es necesaria la convivencia, para vivir en paz y orden los unos con los otros. Es necesaria la separación de la religión y del estado y que éste sea neutral, ante lo múltiples opciones religiosas que se pueden dar.
Desde la revolución francesa hasta nuestros días se han ido articulando distintas y diversas opciones en este comino, como vemos a continuación. Ha habido tensiones, enfrentamientos, luchas etc. Tenemos que aprender la lección y comprender que el dialogo es mejor que la sangre, que la convivencia es mejor que el insulto permanente, y que la paz es mejor que la guerra, aunque no haya espadas.
Vamos a hacer un resumen de este largo camino que hemos ido recorriendo en estos dos últimos siglos.
La revolución francesa
Francia estaba pasando por muchas dificultades, y se decidió reunir a los Estados generales, que hacía mucho tiempo que no se reunían. Estaban formados por el clero, la burguesía y el pueblo. Iniciaron sus sesiones en una clara mañana del mes de mayo de 1789.
El 26 de Agosto promulgan los derechos humanos. El origen y fuente de la autoridad está en la nación francesa y no en Dios. El estado no necesita de la religión, aunque hasta el 1905 no se proclama la separación del Estado y la religión.
Es de advertir que otra declaración muy parecida se hizo antes en los Estados Unidos. Con matices y filosofías distintas. Para los Americanos los derechos provienen del Creador. Para los Filósofos de las luces, de la misma razón humana, aunque es curioso en presencia y bajo los auspicios del Ser Creador. Para los americanos la religión, en aquella complejidad de credos, es el alma del pueblo americano, ya que por la tolerancia, les lleva a vivir juntos en la variedad de creencias..
Se enuncia el principio de la libertad religiosa: No se puede perseguir a nadie por sus opiniones, ni siquiera las religiosas, siempre que su expresión no altere el orden público establecido por la ley.
Libertad religiosa tiene su límite en el orden público, Qué se entiende por orden público, deberá determinarlo la revolución. No es un derecho fundamentado en la misma naturaleza del hombre y por lo tanto previo al Estado. El Estado podrá conculcarlo, como de hecho lo hizo posteriormente.
La Asamblea proclamó la libertad, la igualdad y la fraternidad. Condenó la libertad omnímoda, ya que la libertad tiene el límite de los preceptos del Creador y los principios de la razón natural. Por esto el error no tiene derechos, sólo hay que tolerarlo. La libertad religiosa nos obliga a admitir que todas las religiones son iguales, porque todas tienen el mismo derecho; lo cual nos hace caer en el indiferentismo, relativismo y al subjetivismo por la libertad de conciencia. En este sentido no puede existir la libertad religiosa.
A pesar de estas declaraciones, muy pronto la Asamblea dejó de respetar estos derechos e incluso se transformó en un huracán devastador, que quiso terminar con la Iglesia. El conflicto estaba servido.
La asamblea aprobó el dos de noviembre de 1789 la requisa de todos los bienes eclesiásticos de la Iglesia, comprometiéndose a entregar a los obispos 12.000 francos al año y a los párrocos 1200 francos mensuales. Los Obispos y muchos clérigos se opusieron a ello. La burguesía estuvo de acuerdo, ya que esperaba la subasta de estos bienes para quedarse con ellos.
El 12 de febrero de 1790 se suprimen todas las órdenes religiosas, a excepción de las que estaban dedicadas a la enseñanza.
En la misma fecha fueron suprimidos los monasterios y conventos no dedicados a un trabajo útil. Si lo religiosos renunciaban a los votos, se les ofreció una pensión. Este movimiento revolucionario, que al principio tuvo la aprobación del clero y de algunos obispos, empezó a desconfiar de este laicismo intransigente y destructor.
Se puso en marcha la Constitución Civil del clero, con el fin de poner a la Iglesia al servicio del Estado. El 29 de mayo se presentó un proyecto en el que se abolían más de cincuenta Sedes Episcopales. Se suprimieron 4.000 parroquias y los cabildos catedralicios. Los laicos debían elegir a los Obispos, sin pedir la confirmación de Roma. Los párrocos eran elegidos en las mismas feligresías .El doce de julio aprobó esta Constitución la Asamblea, que inmediatamente fue ratificada por el Rey, a pesar de la protesta de Pio V. Con ello pretendía crear una Iglesia nacional, manipulada por los revolucionarios. Con esta norma empieza a abrirse un abismo entre la Iglesia y los revolucionarios.
Ante las protestas de muchos obispos y clérigos, que empezaban a desmarcarse masivamente de la revolución, se les exigen el juramento de fidelidad. En octubre de 1791 son declarados sospechosos los que se niegan a hacer el juramento.
Francia entra en guerra con Austria y tiene serios reveses en 1792.
El 14 empiezan los clérigos a emitir el juramento con esta fórmula: Juro ser fiel a la nación, defender con todas mis fuerzas la libertad, la igualdad, la seguridad de las personas y de la propiedad, y morir si es necesario por el cumplimiento de las leyes
.
El 20 septiembre de 1792 la Asamblea proclama el carácter laico del Estado y aprueba el divorcio civil. Aunque esta declaración estaba proclamada por los hechos, ratifica con mucha más claridad, que se trata de un estado laico o más bien laicista, ya que había roto totalmente el diálogo con la Iglesia. La ruptura se estaba trasformando en un abismo.
A finales de septiembre de 1792 el Estado prusiano tomó la fortaleza de Longwy y amenazó a Verdún, la última línea de defesa antes de llegar a Paris. Muchos clérigos que se habían negado a prestar el juramento fueron encarcelados, por temor a que se unieran a los prusianos. Tres obispos y 120 sacerdotes fueron sacados de las cárceles y asesinados.
Dentro de la Iglesia se había producido una fractura, entre los obispos, que no habían hecho el juramento y los juramentados, que se llamaban obispos constitucionalistas. La misma división se produjo entre el clero. Los obispos constitucionales nombrados por el pueblo y los sacerdotes juramentados no eran recibidos por los feligreses en las parroquias.
Otro paso adelante
Siguiendo la línea de Rouseau, proclamaron la religión civil de carácter panteísta: Sin Dios, con sus credos, su liturgia, sus cultos, su moral. Mirabeau escribió en 1792: La declaración de los derechos humanos se ha convertido en un evangelio político y la Constitución en una religión por la que el pueblo está dispuesto a morir. Pretendían un hombre nuevo. La palabra ciudadanía llenaba sus labios. Muchos municipios empezaron a llamarse libertad, igualdad y fraternidad. Se cambiaron el nombre de las calles, que tenían nombres de santos.
De las mujeres que iban a misa decían: Vosotras, vosotras, zorras malditas, sois sus putas (del clero), sobre todo las que asistís a sus malditas misas y escucháis su cháchara..
Los domingos fueron abolidos y se hicieron tres semanas de diez días al mes. En 1793 trasformaron la catedral de Notre-Dame en un templo de la diosa razón, consagrado a la Filosofía. En los pueblos los templos se convirtieron todos ellos en templos de la razón.
El 21 de enero de 1793 fue ejecutado en la guillotina por alta traición el Rey Luis XVI. La muerte del Rey conmocionó a toda Europa.
Tocqueville describe este proceso de esta forma: Como la revolución parecía proponerse la regeneración del género humano más aún que la reforma de Francia encendió una pasión que las revoluciones políticas más violentas nunca había sido capaces de inspirar. Produjo conversiones y generó propaganda. Asumió así al final, aquella apariencia de revolución religiosa que tanto asombró a sus contemporáneos. O se convirtió ella misma, más bien, en un nuevo género de religión, una religión incompleta, ciertamente, sin Dios, sin ritual y sin vida después de la muerte, pero una religión que sin embargo, como el Islam, inundó la tierra con sus soldados, apóstoles y mártires.
Mientras el nuevo sacerdocio político celebraba sus fiestas en la nueva religión, el clero se desmoronaba. Muchos se secularizaron, y otros se prestaron al juego de los revolucionarios, Durante el invierno de 1792-3 un tercio del clero bajo y tres cuartas partes de los Obispos marcharon al exilio, entre 25.000 y 30.000 mil. La mayoría fueron a Inglaterra. Los obispos y los sacerdotes juramentados eran mal vistos por el pueblo, Un cura decía del Obispo de Rennes no es más obispo que un perro. Varios clérigos franceses estuvieron en Jaén. El Cabildo les ayudó económicamente.
Ante tantos atropellos surgió el levantamiento de la Vendée el doce de marzo de 1.793. Un ejército formado por católicos y monárquicos, se reveló contra los revolucionarios, pero fueron aplastados por las fuerzas revolucionarias, que fueron arrasando todo lo que encontraban en su camino: Niños, ancianos, y mujeres etc. Sólo en Lion habían sido ejecutadas más de dos mil personas. El General Turreau mandó: Todos los bandidos a quienes se encentre con armas en la mano, o se sospeche que las hayan llevado, se les pasará a filo de bayonetas. Se actuará del mismo modo con las mujeres, los jóvenes y los niños. Ni siquiera las personas solamente sospechosas se librarán. Todas las aldeas, villas y pueblos y cuanto pueda quemarse, se entregará a las llamas.
Un oficial de ejército, en una carta de enero de 1794 le decía a su hermana: Por donde quiera que pasamos llevamos las llamas y la muerte. No se respeta ni la edad ni el sexo. Aquí uno de nuestros destacamentos quema una aldea, un voluntario mata a tres mujeres con sus propias manos. Es horroroso, pero la salud de la república es un imperativo urgente. ¡Qué guerra! No hemos visto un solo individuo sin dispararle. Todo está sembrado de cadáveres. Las llamas hacen estragos por todas partes.
Murió un tercio de la población con una brutalidad no vista en la historia.
Solzhenitsin, cuando dejó Rusia, vino e ver esta religión, que era un espejo de las barbaridades que él había visto en su propia patria.
El directorio
Entre 1795 y 1799 Francia estuvo gobernada por un directorio de cinco hombres. Se mostraron tolerantes con la Iglesia, que estaba muy dividida entre los que firmaron la constitución y lo que no lo hicieron, que había vuelto del destierro.
El estado sigue siendo laico En 1797 accedieron al poder los anticlericales. Impusieron de nuevo el juramento al clero como señal de odio a la monarquía. Se prohíbe la indumentaria clerical en público, no se permiten las procesiones y los actos del culto al aire libre; enmudecen las campanas, y la manifestación pública de las imágenes.
Intentó revitalizar la religión republicana, con poco entusiasmo por parte del pueblo.
Las tropas francesas invadieron en 1788 los Estados Pontificios, llevándose al Papa Pio VI al cautiverio y al destierro. Al morir el Papa con gran desprecio pusieron en su tumba esta inscripción: Conte Angelo Braschi, que ejercía la profesión de Pontífice.
De los 762 clérigos, que se negaron a prestar el juramento, la mayoría murieron apiñados en un barco camino del destierro. Los obispos disminuyeron de 83 a 25 entre 1792 y 1795.
El laicismo seguía avanzando y quería terminar con la Iglesia.
Napoleón Bonaparte
Después de un golpe de estado del 9 de noviembre de 1799 fue nombrado cónsul. En 1802 Cónsul vitalicio. En 1804 Emperador de los franceses., siendo coronado, con la presencia del Papa, el 3 de diciembre. Fue el genio más grande de estratega militar. Con Napoleón, hombre pragmático, van a cambiar las cosas en relación a la Iglesia. Su estrategia se entiende por estas palabras, que se comenta que dijo en 1800: Fui convirtiéndome en un católico, cuando gané en la guerra de la Vendée, haciéndome musulmán cuando me asenté en Egipto, haciéndome ultramontano, cuando me gané los corazones de los hombres de Italia. Si tuviese que gobernar una nación de judíos reconstruiría el templo de Salomón.
Con este pragmatismo estratégico comenzó a acercarse a la Iglesia. El domingo volvió a ser la fiesta de la comunidad cristiana, que los revolucionarios habían suprimido.
El nuevo Papa elegido fue Pio VII. Napoleón se propuso arreglar el gran problema que tenía Francia con los obispos desterrados. En Inglaterra había cincuenta obispos refugiados.. Después de mucho dialogo se firmó el concordato de 1801. Las líneas fundamentales de éste eran estas: 1. El Catolicismo era la religión de la mayoría de los franceses, extendiéndose la tolerancia a los judíos y a los protestantes..El matrimonio civil sigue siendo válido, aunque se admita el matrimonio religioso como libre y facultativo. Se firma el Concordato con la condición de aceptar un régimen de igualdad formal con otros cultos reconocidos. 2. El Papa tendrían el derecho a nombrar los Obispos y los obispos a los párrocos. 3. El Estado pagaría un salario a los clérigos en compensación por lo sustraído y éstos prestarían el juramento de fidelidad concertado 4. Se usaría el calendario gregoriano. Adquirió el compromiso de admitir otras religiones igual que la católica. Tuvo muchas críticas tanto de los radicales como de los conservadores y agregó al Concordato, con la protesta del Papa, unos artículos llamados orgánicos, en los que la Iglesia quedaba en manos del Estado por el placet. No se podrían celebrar Concilios sin la aprobación estatal y los contrayentes debían contraer matrimonio civil, antes del canónico. Debían dimitir treinta y ocho obispos refractarios. Se nombraron doce antiguos obispos de los constitucionales. Roma concedió la secularización a muchos sacerdotes.
Aunque no se habló en el Concordato de las Órdenes Religiosas, se permitió que algunas se incorporaran a la evangelización y dio autorización para que doscientas comunidades de mujeres volvieran a Francia. Los seminarios podían abrirse de nuevo con visto bueno del Estado.
Pio VII fue a Paris a la coronación de Napoleón el 2 de diciembre de 1804, colocándose la corona el mismo Napoleón. En resumen rompe con el radicalismo revolucionario y usa de la Iglesia con sus fines imperialistas. El anticlericalismo lo pone a raya y la Iglesia goza de más paz.
Para el Estado la Iglesia, el judaísmo y el protestantismo prestan un servicio público. El principio de subvención se extiende también a los protestantes y judíos.
En resumen Napoleón asumió los principios fundamentales de la Revolución, que intentó exportar a toda Europa. La Constitución de Cádiz tiene
muchos aspectos copiados de ella.
Pio VII fue a Paris a la coronación de Napoleón el 2 de diciembre de 1804, colocándose la corona el mismo Napoleón. En resumen rompe con el radicalismo revolucionario y usa de la Iglesia con sus fines imperialistas. El anticlericalismo lo pone a raya y la Iglesia goza de más paz.
Para el Estado la Iglesia, el judaísmo y el protestantismo prestan un servicio público. El principio de subvención se extiende también a los protestantes y judíos.
En resumen Napoleón asumió los principios fundamentales de la Revolución, que intentó exportar a toda Europa. La Constitución de Cádiz tiene
muchos aspectos copiados de ella.
Con Napoleón se suavizan los conflictos entre la Iglesia y los revolucionarios, que tenían dividida a Francia en dos bloques. Los partidarios de las raíces cristianas de Francia y los anticlericales.
Napoleón desde su pragmatismo y conveniencia, en el Concordato admite que sociológicamente la religión católica es mayoritaria en Francia, aunque el Estado no sea confesional
La sociedad francesa es de hecho oficialmente una sociedad religiosamente plural. A partir de 1815, este pluralismo se va a ver definido en gran medida por el conflicto dualista que los historiadores denominan "conflicto de las dos Francias. Aunque se intenta por todos los medios que se produzca la conciliación, durante todo el siglo no dejan de suscitarse conflictos entre los anticlericales radicales y los católicos. Para unos Francia debe seguir siendo católica por sus orígenes. El catolicismo se identifica con la cultura francesa. Los otros pretenden volver a asumir los valores revolucionarios del 1789".
Abdicó en Pontenebreau en 1814. Murió el 5 de mayo de 1821.
Luis XVIII
La Europa de la restauración. El Congreso de Viena de 1814 Una lección para la historia.
En 1814, tras la derrota de Napoleón, Luis XVIII ascendió al trono de Francia, gracias al apoyo de las potencias aliadas y a la ayuda de Talleyran. Al querer enterrar algunas normas de la revolución, se granjeó muchos enemigos. Huyó desde Paris a Gante, cuando se enteró que Napoleón se había escapado de Elba. Volvió después de la Batalla de Warteloó, que terminó con los cien días de gobierno.
Intentó ser moderado. La revolución había quedado muy desacreditada. El Filósofo Hegel, a pesar de que había sido partidario de la revolución, decía desengañado en 1819: Tengo sólo cincuenta años y he vivido la mayor parte de mi vida en estos tiempos permanentemente agitados por el miedo y la esperanza, y he albergado la esperanza de que estos temores y esperanzas pudiesen cesar alguna vez. Pero debo aceptar ya que continuarán eternamente, y creo que en los momentos de depresión que en realidad empeorarán aún más.
Muchos franceses habían comprendido que el predominio de la razón, sin Dios, había culminado en el terror y en el genocidio.
Atacar a la religión conducía a la subversión y a la tiranía. La religión garantiza la libertad política, la comprensión y el diálogo entre los oponentes.
De Maistre veía la revolución como un torbellino que ha arrastrado como una paja liviana todo lo que la fuerza humana le ha puesto delante; nadie que haya obstaculizado su curso ha salido impune.
Fue un rey pragmático como Napoleón. Procuró fundir la tradición que él representa con el nuevo espíritu de los tiempos.
Intentó desmontar la escuela laicista. En una circular dirigida a los docentes les decía: Aquel que tenga la desdicha de vivir sin religión o de no ser devoto de la casa reinante tiene que darse cuenta forzosamente de que se haya en cierta medida incapacitado para ser un instructor de la juventud.
Once catedráticos de mentalidad revolucionaria fueron despedidos.
Los obispos impulsaron las misiones populares. Se prohibieron los carnavales.
El culto público salió a la calle, con procesiones, actos religiosos masivos etc
Murió el 16 de septiembre de 1824
Carlos X
Le sucedió su hermano Carlos X (1824-1830). Fue el último representante del absolutismo francés. El altar y el trono vuelven a unirse.
Intentó recristianizar la educación. La escuela primaria se pudo en manos de los Obispos y en las escuelas superiores se sustituyeron los laicos por sacerdotes
Fu coronado el 28 de mayo de 1830. Al no poder controlar la revolución de 1830 abdicó.
Luis Felipe
Le sucedió Luis Felipe (1830-1848), con el nombre de Luis Felipe I. Este era anticlerical, defensor de la revolución francesa, miembro del club de los jacobinos y militar al servicio de la convención. Le llamaban el rey de las barricadas, porque una barricada lo exaltó al reino y otra lo expulsó del trono. Se refugió en Inglaterra. Su reinado fue una vuelta de los anticlericales.
LA SEGUNDA REPUBLICA (25-2-1848 al 2-12-1852).
El 4 de noviembre de 1848 se publica la nueva Constitución y Carlos Luis Napoleón Bonaparte se presenta como candidato a la Presidencia. Es nombrado presidente de la República, después del derrocamiento de la monarquía, gracias a los muchos votos que tuvo. El pueblo francés quería el orden y la paz y estaba cansado de los revolucionarios. Se erigió en Defensor de la tradición y de la civilización católica.
El Rey Luis Bonaparte, ante el temor de que ganaran las elecciones, los revolucionarios, ordenó un golpe de estado. Un centenar de diputados fueron hechos prisioneros, Se detuvieron 25.000 personas y 10.000 fueron desterrados a Argelia. Un año después se convirtió en el emperador Napoleón III.
Al nuevo gobierno los revolucionarios lo llamaban un burdel bendecido por los obispos.
Napoleón desde su pragmatismo y conveniencia, en el Concordato admite que sociológicamente la religión católica es mayoritaria en Francia, aunque el Estado no sea confesional
La sociedad francesa es de hecho oficialmente una sociedad religiosamente plural. A partir de 1815, este pluralismo se va a ver definido en gran medida por el conflicto dualista que los historiadores denominan "conflicto de las dos Francias. Aunque se intenta por todos los medios que se produzca la conciliación, durante todo el siglo no dejan de suscitarse conflictos entre los anticlericales radicales y los católicos. Para unos Francia debe seguir siendo católica por sus orígenes. El catolicismo se identifica con la cultura francesa. Los otros pretenden volver a asumir los valores revolucionarios del 1789".
Abdicó en Pontenebreau en 1814. Murió el 5 de mayo de 1821.
Luis XVIII
La Europa de la restauración. El Congreso de Viena de 1814 Una lección para la historia.
En 1814, tras la derrota de Napoleón, Luis XVIII ascendió al trono de Francia, gracias al apoyo de las potencias aliadas y a la ayuda de Talleyran. Al querer enterrar algunas normas de la revolución, se granjeó muchos enemigos. Huyó desde Paris a Gante, cuando se enteró que Napoleón se había escapado de Elba. Volvió después de la Batalla de Warteloó, que terminó con los cien días de gobierno.
Intentó ser moderado. La revolución había quedado muy desacreditada. El Filósofo Hegel, a pesar de que había sido partidario de la revolución, decía desengañado en 1819: Tengo sólo cincuenta años y he vivido la mayor parte de mi vida en estos tiempos permanentemente agitados por el miedo y la esperanza, y he albergado la esperanza de que estos temores y esperanzas pudiesen cesar alguna vez. Pero debo aceptar ya que continuarán eternamente, y creo que en los momentos de depresión que en realidad empeorarán aún más.
Muchos franceses habían comprendido que el predominio de la razón, sin Dios, había culminado en el terror y en el genocidio.
Atacar a la religión conducía a la subversión y a la tiranía. La religión garantiza la libertad política, la comprensión y el diálogo entre los oponentes.
De Maistre veía la revolución como un torbellino que ha arrastrado como una paja liviana todo lo que la fuerza humana le ha puesto delante; nadie que haya obstaculizado su curso ha salido impune.
Fue un rey pragmático como Napoleón. Procuró fundir la tradición que él representa con el nuevo espíritu de los tiempos.
Intentó desmontar la escuela laicista. En una circular dirigida a los docentes les decía: Aquel que tenga la desdicha de vivir sin religión o de no ser devoto de la casa reinante tiene que darse cuenta forzosamente de que se haya en cierta medida incapacitado para ser un instructor de la juventud.
Once catedráticos de mentalidad revolucionaria fueron despedidos.
Los obispos impulsaron las misiones populares. Se prohibieron los carnavales.
El culto público salió a la calle, con procesiones, actos religiosos masivos etc
Murió el 16 de septiembre de 1824
Carlos X
Le sucedió su hermano Carlos X (1824-1830). Fue el último representante del absolutismo francés. El altar y el trono vuelven a unirse.
Intentó recristianizar la educación. La escuela primaria se pudo en manos de los Obispos y en las escuelas superiores se sustituyeron los laicos por sacerdotes
Fu coronado el 28 de mayo de 1830. Al no poder controlar la revolución de 1830 abdicó.
Luis Felipe
Le sucedió Luis Felipe (1830-1848), con el nombre de Luis Felipe I. Este era anticlerical, defensor de la revolución francesa, miembro del club de los jacobinos y militar al servicio de la convención. Le llamaban el rey de las barricadas, porque una barricada lo exaltó al reino y otra lo expulsó del trono. Se refugió en Inglaterra. Su reinado fue una vuelta de los anticlericales.
LA SEGUNDA REPUBLICA (25-2-1848 al 2-12-1852).
El 4 de noviembre de 1848 se publica la nueva Constitución y Carlos Luis Napoleón Bonaparte se presenta como candidato a la Presidencia. Es nombrado presidente de la República, después del derrocamiento de la monarquía, gracias a los muchos votos que tuvo. El pueblo francés quería el orden y la paz y estaba cansado de los revolucionarios. Se erigió en Defensor de la tradición y de la civilización católica.
El Rey Luis Bonaparte, ante el temor de que ganaran las elecciones, los revolucionarios, ordenó un golpe de estado. Un centenar de diputados fueron hechos prisioneros, Se detuvieron 25.000 personas y 10.000 fueron desterrados a Argelia. Un año después se convirtió en el emperador Napoleón III.
Al nuevo gobierno los revolucionarios lo llamaban un burdel bendecido por los obispos.
La ascensión de Napoleón III al poder fue motivada por el gran apoyo popular que tuvo en Francia, que estaba cansada de la inseguridad y de los atropellos de la revolución.
Las ideas de Burke, De Bonalld y De Maistre, que mantenían que la religión era garante de la estabilidad social, era admitidas por la mayor parte de la nación.
Hasta el mismo Voltaire llegó a decir: A mí me gusta que mi abogado, mi sastre, mis criados y mi esposa crean en Dios, porque podré esperar así que se me robe con menos frecuencia y me pongan cuernos menos a menudo
La mano dura de Napoleón sumió a los políticos en el silencio y en el miedo.
Aunque la burguesía estaba muy influenciada por Voltarite y Rouseu, apoyaron a la Iglesia por miedo a los revolucionarios. Decía un clérigo a su Obispo: Nos ayudarán como un contrapeso a doctrinas que temen y como una especie de policía espiritual, llamada a conseguir el respeto a las leyes que les benefician.
Se produce un abismo entre esta nueva derecha y la izquierda liberal y anticlerical. La lucha se entabla principalmente en el terreno escolar. La escuela se da a la Iglesia o se pone bajo la vigilancia de ella con la ley Falloux de 1850.
Torqueville fue muy crítico con esta situación.: Me entristece y perturba inmensamente ver en tantos católicos esa aspiración a la policía, al censor y a la cárcel.
Siendo ministro de educación Foertoul, los profesores irreligiosos fueron fueron excluidos de la enseñanza en las Universidades y fueron excluidos de la enseñanza secundaria 1.500 profesores.
Los enemigos decían que el reinado de Carlos X había sido católico y el actual ostensiblemente clerical.
Los librepensadores, silenciados por Napoelón, no dejaban de atacar a la iglesia, como retardataria del progreso. Decía un liberal: La ciencia se ha convertido para nosotros en una religión. Los santos seculares luchaban contra el obscurantismo religioso. Los milagros tenían explicaciones científicas. Aunque Darwin había sido enterrado en la Abadía de Westminster con exequias cristianas, fue, con su evolucionismo, una de las banderas para afianzar el ateísmo ¡No necesitamos a Dios para conocer el origen del hombre y del mundo! Se ridiculizaba el capítulo de génesis en el que se habla del origen del mundo. La biblia se había equivocado al señalar el tiempo de la creación del hombre y del mundo. La nueva geología nos lo explica todo..La polémica se acentuó con la aparición de la Vida de Jesús de Ernest Renán, en la que negaba la divinidad de Jesús. Se vendieron 50.000 ejemplares y fue depuesto en su cátedra del Collége de France. El positivismo se propone crear una moral secular y científica.
Bajo el segundo imperio en el que no se permitía la oposición política, las logias masónicas se convirtieron en importantes sedes de discusión pública.
Aparece el secularismo. Esta actividad se desarrollaba en las logias masónicas. Este secularismo, en la medida en que la burguesía pierde el miedo a la revolución y cree que la domina, se instala en la clases altas de la sociedad y en la intelectualidad,, ya que muchos dejan de ser creyentes. No obstante el hombre rural sigue siendo creyente.
LA TERCERA REPUBLICA (3 DIC. .1873)
Entre 1977-79 los Republicanos obtuvieron mayorías en la Cámara y el Senado. Estuvieron veinte años en el poder. La soberanía popular, dirigida por la razón crítica, era el camino infalible para la política. Por este motivo ellos siempre estuvieron obsesionados por la enseñanza. Para ellos los valores de la revolución eran universales e intentaron implantarlos en todo el mundo. La primera ley sobre la enseñanza la dieron el 16 de junio de 1881, imponiéndose la gratuidad en la primaria. La enseñanza debía de ser laica. La siguiente el 28 de marzo de 1882 (J.Ferry).
La marsellesa se cantaba en todos los actos políticos. Los crucifijos los retiraron de las escuelas. A Victor Hugo le hicieron un entierro civil, que costó 20.000 francos (1885), en el Panteón. Las prostitutas se vistieron de luto en el entierro. Se expulsó a las monjas de los hospitales públicos. Se construyó la Torre Eiffel como contraposición a la ultramontana iglesia del Sacré Coeur. El promotor de la reforma educativa fue Jules Ferry, masón positivista. Se expulsó a los jesuitas de Francia. Los religiosos debían adquirir el placet para continuar en Francia. Fueron expulsados de Francia 10.000 religiosos de 261 conventos no autorizados (ley de asociaciones de 1901). Las escuelas católicas no podían dar títulos universitarios. Decía Ferry: que quien controla a la mujer lo controla todo. Ella puede hacerle la vida insoportable a su marido, si desobedece a una religión en la que ella cree. Por esto creó liceos públicos femeninos para reeducar a la mujer francesa en los nuevos valores de la república frente a la religión.
León XIII
La iglesia se sentía cada vez mas cercada en Francia. En estos momentos interviene el fundador de los PP. Blancos Cardenal Lavigerie. En un discurso en Algeria, ante un grupo de oficiales, dijo que cuando un pueblo había expresado su preferencia por una forma de gobierno, ello no suponía una amenaza para las naciones civilizadas, por lo que dicho gobierno merecía obediencia. A los Obispos no agradó el brindis del Cardenal.
El Papa León XIII a los pocos días concedió una entrevista en la que afirmaba: Yo sostengo que todos los ciudadanos deberían respetar a la autoridad legalmente constituida. Todas las personas tienen derecho a sus preferencias personales, pero por lo que se refiere a la actuación, sólo puedo tratar con el Gobierno que Francia se ha dado a sí misma. La República es una forma de gobierno como las demás.
En la entrevista puso como ejemplo a los Estados Unidos: Mire los Estados Unidos de América. Tienen Vds. allí una República que cada día es más fuerte(..)y eso a pesar de una libertad sin trabas. ¿Y la Iglesia católica allí? Pues se desarrolla y florece, No tiene ningún problema con el Estado. Lo que veo para los Estados Unidos puede serlo también para Francia.
El Papa evidentemente pega un tirón de orejas a la postura intransigente de los Obispos.
A pesar de que el Papa había intentado la reconciliación con la República, no lo consiguió, ya que los obispos decían que no se pueden callar y dejarse destruir y matar, como ovejas en el matadero.,
El caso Dreyfus vino a enturbiar más las aguas.
Combes
En las elecciones de 1902 los revolucionarios ganaron las elecciones
Con la ascensión al poder del radical Emile Combes, que fue seminarista y después se confesó ateo, las relaciones empeoraron mucho más, a pesar de que muchos republicanos moderados hicieron un esfuerzo por buscar la paz tan deseada con la Iglesia, como pedía León XIII
.
Pero los radicales se hicieron con el poder y no hicieron caso a nadie. Combes cerró tres mil colegios religiosos no autorizados y 1.000 hospitales y otras instituciones educativas. Se cerraron miles de monasterios y conventos, malvendiendo los bienes últimamente adquiridos.. A finales de 1903 se habían cerrado 10.000 colegios de órdenes no autorizadas. Retiró los crucifijos de las salas de audiencias de los jueces. Sin ninguna intervención del Vaticano, empezó a presentar a los obispos elegidos por los poderes laicos para que el Papa les diera la investidura. El Papa se negó a ratificar estos hechos consumados.
Pio X
Muerto León XIII el 20 de julio de 1903, fue elegido Papa Pio X, que nombró secretario de Estado al español Merry del Val.
Estalló un gran escándalo, cuando se hizo público que los ascensos de los militares a los últimos grados, se estudiaban y votaban previamente en la logia masónica del Gran Oriente, a la que pertenecía Combes.
Ante este escándalo dimitió Combes en enero de 1905.
Ley de 1905
En esta misma fecha se aprueba la ley de separación entre la religión y el Estado. Tras un debate de tres meses se aprobó en enero de 1905 por 314 votos contra 233 la separación de la Iglesia y el Estado. Con esta ley se desmoronaba el Concordato de 1801
Pio X en la Encíclica Vehementer de 11 de febrero de 1906 condenó la ley.
Esta ley, con los antecedentes anteriores, es una ley con un laicismo agresivo, cuya finalidad era terminar con el catolicismo en Francia. Su única finalidad es eliminar la influencia de la Iglesia en la esfera de lo público
Asegura la libertad de conciencia, garantiza el ejercicio de la libertad de cultos, siempre que no esté contra el orden público y en el artículo 2 afirma que no subvencionará a ninguna religión.
Se trata de la admisión de libertades individuales, que no tenían incidencia en el sector público. Las religiones se reconocen como otras instituciones-asociaciones, ya que permanecen en la esfera de lo privado..
En virtud de la neutralidad del estado tienen que desaparecer todos los símbolos religiosos en los edificios públicos.
Según el artículo 12 todos los edificios del culto, anteriormente expropiados, seguirán siendo propiedad del Estado.
El Estado no subvencionará a las religiones.
En virtud de esta ley ninguna religión `puede ser privilegiada sobre otras, ya que todas son jurídicamente iguales ante la ley. Esta ley fue traumática para la Iglesia de Francia, ya que la confina al ámbito de lo privado. La religión es un sentimiento privado que no puede aflorar fuera.
La enseñanza
En esta pugna los republicanos consiguen laicizar la enseñanza. (década de 1880); La intransigencia entre unos y otros continúan durante mucho tiempo. Se prohíbe la enseñanza a las Congregaciones religiosas. En 1904 se cerraron 12.000 escuelas, se rompen las relaciones con el Vaticano. 40.000 templos pasaron al Estado y una ley prohíbe que el Estado sufrague con dinero público la construcción de nuevos templos.
Se instaura un laicismo absoluto, ya que la laicidad es un absoluto, es una nueva religión, una diosa, que quiere imponerse a todos. No existen fines superiores, ella es el fin último de todo, ya que el Estado ha sido divinizado.
Nueva reacción.
En el año 1920 el Estado francés reconoció a la Iglesia como entidad pública y comenzaron a buscarse líneas de cooperación. En febrero de 1924 se firmó con Pio XI un tratado de cooperación, pacificación y colaboración, que va a durar más tiempo
El proceso industrial
La revolución industrial comenzó en Inglaterra, Todo el proceso técnico de este siglo va a influir en el porvenir de la humanidad. La humanidad deja el terruño y se instala en las urbes. Miles de campesinos emigran a las grandes ciudades en busca de trabajo. Miles de chimeneas empiezan a poblar Europa. Se desmorona el mundo rural y nace la gran ciudad. Nace el proletariado y una masa cada vez mayor de obreros. Ello da lugar a un capitalismo salvaje, que sume en la más profunda miseria a miles de trabajadores. La industrialización, que es buena para la humanidad, va a traer la protesta social y el nacimiento de los nacionalismos radicales. Nace lo que se ha llamado la cuestión social.
Como contrapeso a estas ideologías nace el social cristianismo con distintas variantes en Francia, en España y en Inglaterra. En Francia en 1890 el 64 por ciento de la población vivía en el campo. En 1912 descendió al 56.
Un laico francés Malun creó una sociedad, decía, que debía encontrar una tercera vía, esto es, el camino entre el liberalismo asesino y el socialismo llamado científico.
Otros dos laicos, Albert de Mun y René de la Tour du Pim, que habían leído y discutido juntos el libro del Emile Keller: La iglesia, El Estado y la Libertad, querían conocer las causas de la rebelión parisina, y la lucha de clases. Conocieron a un hermano lego de San Vicente de Paul, Maurice Maignen, el cual les dio su opinión con estas duras palabras: Los crimines que incendiaron Paris no era esa gente. No, los culpables, los verdaderos culpables, sois vosotros (…).Quiero decir los ricos, los grandes, los afortunados que os divertíais en el interior de esas paredes destruidas, que pasáis delante de las gentes sin conocerlas, sin verlas, sin sentir nada por sus almas, sus necesidades ni sus sufrimientos (..) Yo vivo con ellos, y puedo deciros en su nombre que no os odian, que os ignoran tanto como vosotros a ellos. Id a ellos con el corazón abierto y descubriréis que os comprenden.
Los dos aristócratas formaron unos círculos obreros, como contrapeso a los que organizaban los socialistas y los republicanos.
Los clubs aumentaron en Francia
Otro laico fue León Harmel, a quien su padre, católico ferviente, había dejado muchos bienes, en 1852, intentó hacer de un fábrica febril, en la que trabajaban más de 678 obreros, una empresa modelo católica. Organizó muchas peregrinaciones a Roma. Todos ellos influyeron mucho en la elaboración de la Rerum Novarum.
No es el momento de describir este movimiento, que tuvo también su incidencia en España. Solo me interesa recalcar, que a pesar de la persecución a que se vio sometida por el frente republicano y ahora de nuevo por el frente del socialismo científico, hizo una labor muy importante. El Mismo Marx le decía en una carta a Engels: Me convencí que debía emprenderse una acción enérgica contra el clero, sobre todo en las zonas católicas. Trabajaré en este sentido en la Internacional. Cuando les parece adecuado, esos bribones se dedican a coquetear con los problemas de los trabajadores (per ejemplo Ketteler en Mainz, los clérigos del Congreso en Dusseldorf).
En 1896 el Congreso de la democracia cristiana, que fue el predecesor de la democracia, que se creó después de la segunda guerra mundial. Nacieron otros movimientos religiosos como el sillón.
Algunas concreciones
Los poderes administrativos y, sobre todo la jurisprudencia, han ido concretando muchos de estos conceptos sobre la laicidad, mitigando muchas leyes o dándoles una interpretación más racional, especialmente en casos concretos que no estaban determinados por la ley, como veremos a continuación. En el futuro, según ha prometido el actual presidente de la República, estas relaciones entre la Iglesia y el Estado irán mejorando, en un clima de colaboración.
Desarrollo de estos conceptos
El concepto de libertad de conciencia se va concretando: la libertad del ateo y del indiferente para manifestar sus pensamientos. A nadie puede obligarse a que manifieste públicamente sus ideas religiosas o filosóficas. Se prohíbe hacer mención en los censos de la religión del declarante. El Consejo de Estado recordó que no se puede obligar a los clientes, al hacer su inscripción en un hotel, a declarar su religión.
La ley prohibe a los funcionarios emitir cualquier documento, en el que se mencionen las actividades políticas, religiosas y filosóficas de nadie. Se considera delito amenazar a alguien por sus creencias religiosas, o por pertenecer a una asociación religiosa.
Queda garantizada la libertad de culto, no sólo en un plano privado, sino también público.
Los templos de los que se había apoderado el Estado, se devuelven para el uso a los católicos, aunque el estado siga teniendo la titularidad, comprometiéndose a los gastos de mantenimiento.
No debe haber símbolos religiosos en los edificios públicos construidos después de 1905. Aunque no hay religión oficial, se mantienen todas las huellas de la función pública desempeñada históricamente por la religión en Francia.
Se mantienen como festivos las principales festividades católicas En la III.ª República se añadió el lunes de Pascua y el lunes de Pentecostés a las cuatro "fiestas de precepto" católicas declaradas días festivos en 1802 (Navidad, la Ascensión, la Asunción y Todos los Santos). De ese modo, Francia no corta con sus raíces cristianas, pero otras religiones, como el judaísmo, el Islam o el budismo, no ven reconocidas sus fiestas más que a título de permisos individuales para funcionarios, agentes públicos y alumnos.
Además, en esta realidad empírica, los poderes públicos se ven en la obligación de tener muy en cuenta el tamaño de las agrupaciones religiosas. Así, los programas religiosos que forman parte del pliego de condiciones de la televisión pública afectan al catolicismo, al protestantismo, al cristianismo oriental, al judaísmo, al Islam y al budismo. Por último, la asociación de culto debe "tener por objeto, exclusivamente, la práctica de un culto". Ello significa que, aunque la jurisprudencia no interprete este "exclusivamente" de manera estricta, el hecho de organizar una actividad de culto no basta para ser considerada una agrupación que pueda beneficiarse de la ley de 1905. Hay asociaciones con funciones de edición, publicación o curación que no están reconocidas por el Consejo de Estado como asociaciones de culto. Para la opinión pública, muy a menudo, no son "religiones".
Las ideas de Burke, De Bonalld y De Maistre, que mantenían que la religión era garante de la estabilidad social, era admitidas por la mayor parte de la nación.
Hasta el mismo Voltaire llegó a decir: A mí me gusta que mi abogado, mi sastre, mis criados y mi esposa crean en Dios, porque podré esperar así que se me robe con menos frecuencia y me pongan cuernos menos a menudo
La mano dura de Napoleón sumió a los políticos en el silencio y en el miedo.
Aunque la burguesía estaba muy influenciada por Voltarite y Rouseu, apoyaron a la Iglesia por miedo a los revolucionarios. Decía un clérigo a su Obispo: Nos ayudarán como un contrapeso a doctrinas que temen y como una especie de policía espiritual, llamada a conseguir el respeto a las leyes que les benefician.
Se produce un abismo entre esta nueva derecha y la izquierda liberal y anticlerical. La lucha se entabla principalmente en el terreno escolar. La escuela se da a la Iglesia o se pone bajo la vigilancia de ella con la ley Falloux de 1850.
Torqueville fue muy crítico con esta situación.: Me entristece y perturba inmensamente ver en tantos católicos esa aspiración a la policía, al censor y a la cárcel.
Siendo ministro de educación Foertoul, los profesores irreligiosos fueron fueron excluidos de la enseñanza en las Universidades y fueron excluidos de la enseñanza secundaria 1.500 profesores.
Los enemigos decían que el reinado de Carlos X había sido católico y el actual ostensiblemente clerical.
Los librepensadores, silenciados por Napoelón, no dejaban de atacar a la iglesia, como retardataria del progreso. Decía un liberal: La ciencia se ha convertido para nosotros en una religión. Los santos seculares luchaban contra el obscurantismo religioso. Los milagros tenían explicaciones científicas. Aunque Darwin había sido enterrado en la Abadía de Westminster con exequias cristianas, fue, con su evolucionismo, una de las banderas para afianzar el ateísmo ¡No necesitamos a Dios para conocer el origen del hombre y del mundo! Se ridiculizaba el capítulo de génesis en el que se habla del origen del mundo. La biblia se había equivocado al señalar el tiempo de la creación del hombre y del mundo. La nueva geología nos lo explica todo..La polémica se acentuó con la aparición de la Vida de Jesús de Ernest Renán, en la que negaba la divinidad de Jesús. Se vendieron 50.000 ejemplares y fue depuesto en su cátedra del Collége de France. El positivismo se propone crear una moral secular y científica.
Bajo el segundo imperio en el que no se permitía la oposición política, las logias masónicas se convirtieron en importantes sedes de discusión pública.
Aparece el secularismo. Esta actividad se desarrollaba en las logias masónicas. Este secularismo, en la medida en que la burguesía pierde el miedo a la revolución y cree que la domina, se instala en la clases altas de la sociedad y en la intelectualidad,, ya que muchos dejan de ser creyentes. No obstante el hombre rural sigue siendo creyente.
LA TERCERA REPUBLICA (3 DIC. .1873)
Entre 1977-79 los Republicanos obtuvieron mayorías en la Cámara y el Senado. Estuvieron veinte años en el poder. La soberanía popular, dirigida por la razón crítica, era el camino infalible para la política. Por este motivo ellos siempre estuvieron obsesionados por la enseñanza. Para ellos los valores de la revolución eran universales e intentaron implantarlos en todo el mundo. La primera ley sobre la enseñanza la dieron el 16 de junio de 1881, imponiéndose la gratuidad en la primaria. La enseñanza debía de ser laica. La siguiente el 28 de marzo de 1882 (J.Ferry).
La marsellesa se cantaba en todos los actos políticos. Los crucifijos los retiraron de las escuelas. A Victor Hugo le hicieron un entierro civil, que costó 20.000 francos (1885), en el Panteón. Las prostitutas se vistieron de luto en el entierro. Se expulsó a las monjas de los hospitales públicos. Se construyó la Torre Eiffel como contraposición a la ultramontana iglesia del Sacré Coeur. El promotor de la reforma educativa fue Jules Ferry, masón positivista. Se expulsó a los jesuitas de Francia. Los religiosos debían adquirir el placet para continuar en Francia. Fueron expulsados de Francia 10.000 religiosos de 261 conventos no autorizados (ley de asociaciones de 1901). Las escuelas católicas no podían dar títulos universitarios. Decía Ferry: que quien controla a la mujer lo controla todo. Ella puede hacerle la vida insoportable a su marido, si desobedece a una religión en la que ella cree. Por esto creó liceos públicos femeninos para reeducar a la mujer francesa en los nuevos valores de la república frente a la religión.
León XIII
La iglesia se sentía cada vez mas cercada en Francia. En estos momentos interviene el fundador de los PP. Blancos Cardenal Lavigerie. En un discurso en Algeria, ante un grupo de oficiales, dijo que cuando un pueblo había expresado su preferencia por una forma de gobierno, ello no suponía una amenaza para las naciones civilizadas, por lo que dicho gobierno merecía obediencia. A los Obispos no agradó el brindis del Cardenal.
El Papa León XIII a los pocos días concedió una entrevista en la que afirmaba: Yo sostengo que todos los ciudadanos deberían respetar a la autoridad legalmente constituida. Todas las personas tienen derecho a sus preferencias personales, pero por lo que se refiere a la actuación, sólo puedo tratar con el Gobierno que Francia se ha dado a sí misma. La República es una forma de gobierno como las demás.
En la entrevista puso como ejemplo a los Estados Unidos: Mire los Estados Unidos de América. Tienen Vds. allí una República que cada día es más fuerte(..)y eso a pesar de una libertad sin trabas. ¿Y la Iglesia católica allí? Pues se desarrolla y florece, No tiene ningún problema con el Estado. Lo que veo para los Estados Unidos puede serlo también para Francia.
El Papa evidentemente pega un tirón de orejas a la postura intransigente de los Obispos.
A pesar de que el Papa había intentado la reconciliación con la República, no lo consiguió, ya que los obispos decían que no se pueden callar y dejarse destruir y matar, como ovejas en el matadero.,
El caso Dreyfus vino a enturbiar más las aguas.
Combes
En las elecciones de 1902 los revolucionarios ganaron las elecciones
Con la ascensión al poder del radical Emile Combes, que fue seminarista y después se confesó ateo, las relaciones empeoraron mucho más, a pesar de que muchos republicanos moderados hicieron un esfuerzo por buscar la paz tan deseada con la Iglesia, como pedía León XIII
.
Pero los radicales se hicieron con el poder y no hicieron caso a nadie. Combes cerró tres mil colegios religiosos no autorizados y 1.000 hospitales y otras instituciones educativas. Se cerraron miles de monasterios y conventos, malvendiendo los bienes últimamente adquiridos.. A finales de 1903 se habían cerrado 10.000 colegios de órdenes no autorizadas. Retiró los crucifijos de las salas de audiencias de los jueces. Sin ninguna intervención del Vaticano, empezó a presentar a los obispos elegidos por los poderes laicos para que el Papa les diera la investidura. El Papa se negó a ratificar estos hechos consumados.
Pio X
Muerto León XIII el 20 de julio de 1903, fue elegido Papa Pio X, que nombró secretario de Estado al español Merry del Val.
Estalló un gran escándalo, cuando se hizo público que los ascensos de los militares a los últimos grados, se estudiaban y votaban previamente en la logia masónica del Gran Oriente, a la que pertenecía Combes.
Ante este escándalo dimitió Combes en enero de 1905.
Ley de 1905
En esta misma fecha se aprueba la ley de separación entre la religión y el Estado. Tras un debate de tres meses se aprobó en enero de 1905 por 314 votos contra 233 la separación de la Iglesia y el Estado. Con esta ley se desmoronaba el Concordato de 1801
Pio X en la Encíclica Vehementer de 11 de febrero de 1906 condenó la ley.
Esta ley, con los antecedentes anteriores, es una ley con un laicismo agresivo, cuya finalidad era terminar con el catolicismo en Francia. Su única finalidad es eliminar la influencia de la Iglesia en la esfera de lo público
Asegura la libertad de conciencia, garantiza el ejercicio de la libertad de cultos, siempre que no esté contra el orden público y en el artículo 2 afirma que no subvencionará a ninguna religión.
Se trata de la admisión de libertades individuales, que no tenían incidencia en el sector público. Las religiones se reconocen como otras instituciones-asociaciones, ya que permanecen en la esfera de lo privado..
En virtud de la neutralidad del estado tienen que desaparecer todos los símbolos religiosos en los edificios públicos.
Según el artículo 12 todos los edificios del culto, anteriormente expropiados, seguirán siendo propiedad del Estado.
El Estado no subvencionará a las religiones.
En virtud de esta ley ninguna religión `puede ser privilegiada sobre otras, ya que todas son jurídicamente iguales ante la ley. Esta ley fue traumática para la Iglesia de Francia, ya que la confina al ámbito de lo privado. La religión es un sentimiento privado que no puede aflorar fuera.
La enseñanza
En esta pugna los republicanos consiguen laicizar la enseñanza. (década de 1880); La intransigencia entre unos y otros continúan durante mucho tiempo. Se prohíbe la enseñanza a las Congregaciones religiosas. En 1904 se cerraron 12.000 escuelas, se rompen las relaciones con el Vaticano. 40.000 templos pasaron al Estado y una ley prohíbe que el Estado sufrague con dinero público la construcción de nuevos templos.
Se instaura un laicismo absoluto, ya que la laicidad es un absoluto, es una nueva religión, una diosa, que quiere imponerse a todos. No existen fines superiores, ella es el fin último de todo, ya que el Estado ha sido divinizado.
Nueva reacción.
En el año 1920 el Estado francés reconoció a la Iglesia como entidad pública y comenzaron a buscarse líneas de cooperación. En febrero de 1924 se firmó con Pio XI un tratado de cooperación, pacificación y colaboración, que va a durar más tiempo
El proceso industrial
La revolución industrial comenzó en Inglaterra, Todo el proceso técnico de este siglo va a influir en el porvenir de la humanidad. La humanidad deja el terruño y se instala en las urbes. Miles de campesinos emigran a las grandes ciudades en busca de trabajo. Miles de chimeneas empiezan a poblar Europa. Se desmorona el mundo rural y nace la gran ciudad. Nace el proletariado y una masa cada vez mayor de obreros. Ello da lugar a un capitalismo salvaje, que sume en la más profunda miseria a miles de trabajadores. La industrialización, que es buena para la humanidad, va a traer la protesta social y el nacimiento de los nacionalismos radicales. Nace lo que se ha llamado la cuestión social.
Como contrapeso a estas ideologías nace el social cristianismo con distintas variantes en Francia, en España y en Inglaterra. En Francia en 1890 el 64 por ciento de la población vivía en el campo. En 1912 descendió al 56.
Un laico francés Malun creó una sociedad, decía, que debía encontrar una tercera vía, esto es, el camino entre el liberalismo asesino y el socialismo llamado científico.
Otros dos laicos, Albert de Mun y René de la Tour du Pim, que habían leído y discutido juntos el libro del Emile Keller: La iglesia, El Estado y la Libertad, querían conocer las causas de la rebelión parisina, y la lucha de clases. Conocieron a un hermano lego de San Vicente de Paul, Maurice Maignen, el cual les dio su opinión con estas duras palabras: Los crimines que incendiaron Paris no era esa gente. No, los culpables, los verdaderos culpables, sois vosotros (…).Quiero decir los ricos, los grandes, los afortunados que os divertíais en el interior de esas paredes destruidas, que pasáis delante de las gentes sin conocerlas, sin verlas, sin sentir nada por sus almas, sus necesidades ni sus sufrimientos (..) Yo vivo con ellos, y puedo deciros en su nombre que no os odian, que os ignoran tanto como vosotros a ellos. Id a ellos con el corazón abierto y descubriréis que os comprenden.
Los dos aristócratas formaron unos círculos obreros, como contrapeso a los que organizaban los socialistas y los republicanos.
Los clubs aumentaron en Francia
Otro laico fue León Harmel, a quien su padre, católico ferviente, había dejado muchos bienes, en 1852, intentó hacer de un fábrica febril, en la que trabajaban más de 678 obreros, una empresa modelo católica. Organizó muchas peregrinaciones a Roma. Todos ellos influyeron mucho en la elaboración de la Rerum Novarum.
No es el momento de describir este movimiento, que tuvo también su incidencia en España. Solo me interesa recalcar, que a pesar de la persecución a que se vio sometida por el frente republicano y ahora de nuevo por el frente del socialismo científico, hizo una labor muy importante. El Mismo Marx le decía en una carta a Engels: Me convencí que debía emprenderse una acción enérgica contra el clero, sobre todo en las zonas católicas. Trabajaré en este sentido en la Internacional. Cuando les parece adecuado, esos bribones se dedican a coquetear con los problemas de los trabajadores (per ejemplo Ketteler en Mainz, los clérigos del Congreso en Dusseldorf).
En 1896 el Congreso de la democracia cristiana, que fue el predecesor de la democracia, que se creó después de la segunda guerra mundial. Nacieron otros movimientos religiosos como el sillón.
Algunas concreciones
Los poderes administrativos y, sobre todo la jurisprudencia, han ido concretando muchos de estos conceptos sobre la laicidad, mitigando muchas leyes o dándoles una interpretación más racional, especialmente en casos concretos que no estaban determinados por la ley, como veremos a continuación. En el futuro, según ha prometido el actual presidente de la República, estas relaciones entre la Iglesia y el Estado irán mejorando, en un clima de colaboración.
Desarrollo de estos conceptos
El concepto de libertad de conciencia se va concretando: la libertad del ateo y del indiferente para manifestar sus pensamientos. A nadie puede obligarse a que manifieste públicamente sus ideas religiosas o filosóficas. Se prohíbe hacer mención en los censos de la religión del declarante. El Consejo de Estado recordó que no se puede obligar a los clientes, al hacer su inscripción en un hotel, a declarar su religión.
La ley prohibe a los funcionarios emitir cualquier documento, en el que se mencionen las actividades políticas, religiosas y filosóficas de nadie. Se considera delito amenazar a alguien por sus creencias religiosas, o por pertenecer a una asociación religiosa.
Queda garantizada la libertad de culto, no sólo en un plano privado, sino también público.
Los templos de los que se había apoderado el Estado, se devuelven para el uso a los católicos, aunque el estado siga teniendo la titularidad, comprometiéndose a los gastos de mantenimiento.
No debe haber símbolos religiosos en los edificios públicos construidos después de 1905. Aunque no hay religión oficial, se mantienen todas las huellas de la función pública desempeñada históricamente por la religión en Francia.
Se mantienen como festivos las principales festividades católicas En la III.ª República se añadió el lunes de Pascua y el lunes de Pentecostés a las cuatro "fiestas de precepto" católicas declaradas días festivos en 1802 (Navidad, la Ascensión, la Asunción y Todos los Santos). De ese modo, Francia no corta con sus raíces cristianas, pero otras religiones, como el judaísmo, el Islam o el budismo, no ven reconocidas sus fiestas más que a título de permisos individuales para funcionarios, agentes públicos y alumnos.
Además, en esta realidad empírica, los poderes públicos se ven en la obligación de tener muy en cuenta el tamaño de las agrupaciones religiosas. Así, los programas religiosos que forman parte del pliego de condiciones de la televisión pública afectan al catolicismo, al protestantismo, al cristianismo oriental, al judaísmo, al Islam y al budismo. Por último, la asociación de culto debe "tener por objeto, exclusivamente, la práctica de un culto". Ello significa que, aunque la jurisprudencia no interprete este "exclusivamente" de manera estricta, el hecho de organizar una actividad de culto no basta para ser considerada una agrupación que pueda beneficiarse de la ley de 1905. Hay asociaciones con funciones de edición, publicación o curación que no están reconocidas por el Consejo de Estado como asociaciones de culto. Para la opinión pública, muy a menudo, no son "religiones".
La neutralidad laica, el principio de no reconocimiento oficial de ningún culto, implica la ausencia de salarios o de subvenciones directas a las Iglesias. Este principio coexiste con la existencia de capellanías subvencionadas por el Estado, de reglas muy flexibles referentes a los legados, la posibilidad de deducciones fiscales para las donaciones y el mantenimiento del patrimonio inmobiliario dedicado al culto que se puso a disposición de las Iglesias en 1905. Hay que señalar que, en los últimos tiempos, los poderes públicos encuentran soluciones que concilian el principio de no reconocimiento y el de la libertad de cultos para favorecer la construcción de mezquitas.
Manifestaciones públicas y los velos
Los grupos religiosos pueden manifestarse públicamente sin ningún problema, con las debidas autorizaciones y siempre que no vayan contra el orden público.
El asunto de los velos en la escuela ha planteado serios problemas de orden público en Francia. Los adversarios han insistido de eliminarlos, ya que ello es símbolo de la sujeción de la mujer al marido. Para ellos no es simplemente un elemento cultural. Hay una ideología en el trasfondo de sumisión y de arcaísmo religioso. El Consejo de Estado ha dictaminado que llevar símbolos religiosos a la escuela no es, en sí mismo, contrario al laicismo. Llegaría a serlo si fuesen ostentosos o de proselitismo o motivo de desorden. Será preciso, pues, regular el problema caso por caso. De hecho quedó prohibido, estando en contra la Iglesia católica, que protestó por ello.
Manifestaciones públicas y los velos
Los grupos religiosos pueden manifestarse públicamente sin ningún problema, con las debidas autorizaciones y siempre que no vayan contra el orden público.
El asunto de los velos en la escuela ha planteado serios problemas de orden público en Francia. Los adversarios han insistido de eliminarlos, ya que ello es símbolo de la sujeción de la mujer al marido. Para ellos no es simplemente un elemento cultural. Hay una ideología en el trasfondo de sumisión y de arcaísmo religioso. El Consejo de Estado ha dictaminado que llevar símbolos religiosos a la escuela no es, en sí mismo, contrario al laicismo. Llegaría a serlo si fuesen ostentosos o de proselitismo o motivo de desorden. Será preciso, pues, regular el problema caso por caso. De hecho quedó prohibido, estando en contra la Iglesia católica, que protestó por ello.
Otros aspectos
La Iglesia católica, al ser la mayoritaria, ha tenido una posición ventajosa, ya que en ella encuentra Francia sus raíces culturales. Ello no va en contra del principio de igualdad. Sería un absurdo, que en Francia, se pudiera como festiva una fiesta islámica o judía.
Existe una libre organización de las iglesias.
Los obispos pueden reunirse sin cortapisas, a pesar de las prohibiciones de antaño.
A los funcionarios públicos no se les puede preguntar por la religión que profesan o por sus aficiones filosóficas.
A nadie se le puede obligar a practicar un culto o a dejar de pertenecer a una asociación religiosa.
La libertad religiosa no queda reducida a la intimidad de la persona o al fuero interno, ya que tiene un campo más amplio en el ejercicio externo y publico de culto.
Al estar todos los templos en manos del Estado, el usufructo de los templos se concede a la iglesia, con tal de “se ajustaran a las reglas de organización general del culto, cuya práctica se propongan asegurar.
De la neutralidad negativa se está pasando a una neutralidad positiva de cooperación
Se suprimió en 1972 la exigencia de prestar juramento ante Dios y los hombres a los jurados en la sala de lo criminal.
La ley de julio de 1887 prevé exoneraciones fiscales para las donaciones a las asociaciones culturales y a las asociaciones diocesanas,
Al Islán se le han concedido subvenciones para edificar mezquitas.
En virtud de la libertad de opinión se permiten las manifestaciones públicas de tipo religioso: La Jornada Mundial de la Juventud.
En virtud de la ley Debré de 1959 se otorgan ayudas financieras a los establecimientos privados, con tal de que firmen un contrato con el Estado. En su virtud los colegios pueden tener un carácter propio, con tal de que respeten la programación estatal.
El Estado asume el gasto de las capillas en las escuelas, en los liceos, en los hospitales y en las prisiones.
Se permite el repite de las campanas.
Se autorizan los Concilios
El Presidente Sarkozy ha asistido en la Catedral de Paris a actos oficiales de gobierno francés
Además, el acta del 25 de diciembre de 1942 mantenida en la Liberación en 1944, dispone que el Estado y las colectividades locales pueden financiar reparaciones en los edificios abiertos al público.
Por fin, una ley de 1978 ha aprobado para el clero católico y los celebrantes musulmanes que no están afiliados al régimen general de la Seguridad Social y que no sean asalariados un régimen especial de Seguridad Social, que cubre los riesgos de enfermedad, de invalidez y de vejez.
Añadir que las asociaciones cultuales nacidas de la ley de 1905 pueden recibir donativos y legados y se benefician de medidas fiscales como la exoneración de la tasa fiscal y de los derechos sobre los donativos y legados, o de reducciones de impuestos para los donantes.
A esto, se añade el hecho, que desde el año 2000, existe una comisión de diálogo entre el Gobierno y la Iglesia, presidida por el Primer Ministro y el Nuncio apostólico con el Presidente de nuestra Conferencia Episcopal, para resolver los problemas de la Iglesia de Francia.
LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS.
La Iglesia católica, al ser la mayoritaria, ha tenido una posición ventajosa, ya que en ella encuentra Francia sus raíces culturales. Ello no va en contra del principio de igualdad. Sería un absurdo, que en Francia, se pudiera como festiva una fiesta islámica o judía.
Existe una libre organización de las iglesias.
Los obispos pueden reunirse sin cortapisas, a pesar de las prohibiciones de antaño.
A los funcionarios públicos no se les puede preguntar por la religión que profesan o por sus aficiones filosóficas.
A nadie se le puede obligar a practicar un culto o a dejar de pertenecer a una asociación religiosa.
La libertad religiosa no queda reducida a la intimidad de la persona o al fuero interno, ya que tiene un campo más amplio en el ejercicio externo y publico de culto.
Al estar todos los templos en manos del Estado, el usufructo de los templos se concede a la iglesia, con tal de “se ajustaran a las reglas de organización general del culto, cuya práctica se propongan asegurar.
De la neutralidad negativa se está pasando a una neutralidad positiva de cooperación
Se suprimió en 1972 la exigencia de prestar juramento ante Dios y los hombres a los jurados en la sala de lo criminal.
La ley de julio de 1887 prevé exoneraciones fiscales para las donaciones a las asociaciones culturales y a las asociaciones diocesanas,
Al Islán se le han concedido subvenciones para edificar mezquitas.
En virtud de la libertad de opinión se permiten las manifestaciones públicas de tipo religioso: La Jornada Mundial de la Juventud.
En virtud de la ley Debré de 1959 se otorgan ayudas financieras a los establecimientos privados, con tal de que firmen un contrato con el Estado. En su virtud los colegios pueden tener un carácter propio, con tal de que respeten la programación estatal.
El Estado asume el gasto de las capillas en las escuelas, en los liceos, en los hospitales y en las prisiones.
Se permite el repite de las campanas.
Se autorizan los Concilios
El Presidente Sarkozy ha asistido en la Catedral de Paris a actos oficiales de gobierno francés
Además, el acta del 25 de diciembre de 1942 mantenida en la Liberación en 1944, dispone que el Estado y las colectividades locales pueden financiar reparaciones en los edificios abiertos al público.
Por fin, una ley de 1978 ha aprobado para el clero católico y los celebrantes musulmanes que no están afiliados al régimen general de la Seguridad Social y que no sean asalariados un régimen especial de Seguridad Social, que cubre los riesgos de enfermedad, de invalidez y de vejez.
Añadir que las asociaciones cultuales nacidas de la ley de 1905 pueden recibir donativos y legados y se benefician de medidas fiscales como la exoneración de la tasa fiscal y de los derechos sobre los donativos y legados, o de reducciones de impuestos para los donantes.
A esto, se añade el hecho, que desde el año 2000, existe una comisión de diálogo entre el Gobierno y la Iglesia, presidida por el Primer Ministro y el Nuncio apostólico con el Presidente de nuestra Conferencia Episcopal, para resolver los problemas de la Iglesia de Francia.
LA ENSEÑANZA RELIGIOSA EN LAS ESCUELAS.
La enseñanza religiosa en las escuelas fue desde la revolución uno de los temas más candentes. Aunque hemos ido hablando a los largo de este trabajo, sobre la actitud de los gobernantes antes este problema, quiero presentar en conjunto los problemas, que han afectado a este problema.
La neutralidad en la enseñanza
Las leyes de Jules Ferry de 1881 instauran una enseñanza pública, laica, gratuita y obligatoria.
En Francia se había suprimido la enseñanza de la religión en la escuela pública con el fin de respetar la conciencia de los que no tenían ninguna creencia o tenían una distinta a la católica.
Con este fin la enseñanza tenía que ser neutral. Hay materias en que este principio se podía aplicar con suma facilidad: Matemáticas, Física, Química, geografía, ortografía. Sin embargo había otras materias, en las que era muy difícil aplicar la neutralidad.. La Literatura, la educación cívica y moral, la filosofía, ya que el profesor, al explicarlas, era muy difícil que no aparecieran sus apreciaciones personales, especialmente cuando se trata de la educación moral..Los hechos religiosos sólo podrían ser abordados como si se tratara de hechos históricos, y aún así, se encontraban dificultades.
Los maestros no terminaban de entender este concepto de neutralidad y el mismo ministro de Instrucción Pública, Jules Ferry, les envió un documento (17-nov.1883) en que les aclaraba este concepto. Les decía que si cualquier padre de familia asistiera a sus clases y no se extrañaba de lo que decía, que no dejara de hacerlo, ya que lo que decía no era su propia sabiduría, es la sabiduría del género humano, es una de estas ideas del orden universal que han hecho entrar en el patrimonio de la humanidad varios siglos de civilización.
Se pretendía una escuela abierta a todos, sin distinción de creencia o credos, en la que se enseñe el respeto mutuo, la tolerancia, la convivencia, la cooperación, y el diálogo.
La dificultad la encontraban al responder a esta pregunta ¿En que se fundamentan estos valores? ¿En la religión? ¿En la Filosofía? ¿En el empirismo y en la tradición? ¿O acaso todo es relativo?
Ante la dificultad para ponerse de acuerdo, optaron por un empirismo moral o una ética civil, que no se pregunta por los fundamentos.
Se encontraron que con solo una ética civil instruye, pero no educa. Descubrían una disonancia entre la familia y la escuela, ya que donde verdaderamente se enseñan los valores es en la familia.
Separar la instrucción de la educación a todo maestro se le hace muy difícil.
El problema se acentúa en el presente con el relativismo moral, como veremos en otro lugar.
El ministro sin quererlo se está refiriendo a una ética civil o humana, que es común a todas las doctrinas y necesaria a todos los hombres civilizados, de lo que otro ministro hablaría con posterioridad (Instrtuc. 17-enero-1987 y 20-jun.1923.
A pesar de todos los tanteos e instrucciones dadas por las autoridades, la neutralidad no funcionaba, aunque los maestros tuvieran muy buena voluntad.
Un periodista, Pierre Enri Simón, en un artículo aparecido en Le Monde hacia estas sugerencias:..pero esta exclusión (de las creencias) constituye o un sistema o, al menos, crea un clima, no digo mortal a la fe o irrespirable al cristiano ,pero tal que la conciencia del sacerdote o del padre pueden juzgarla insuficiente para la formación de la conciencia moral. Hay una música de la escuela cristiana, que no es la de la escuela laica.
Ante estas dificultades se planteaba que los distintos grupos formaran escuelas con un ideario propio, subvencionadas por el Estado, a las que los padres pudieran mandar libremente a sus hijos. Tendrían, por supuesto, unas normas comunes a todos ellos.
La libertad de enseñanza
La libertad de enseñanza es uno de los fundamentales de la República Francesa. Aunque no está expresamente recogida en las Constituciones de 1946 y 1958, es conocida como tal en la jurisprudencia y en las decisiones del Consejo de Estado, en paridad con las libertades de cultos, de asociación, de reunión de prensa etc. La limitación de esta libertad traería consigo el exceso de poder.
Esta libertad implica el poder formar un centro, elegir maestros para este centro, reclutar alumnos, preparar programas, realizar un ideario, dar títulos etc.
El intentar poner cortapisas a esta enseñanza privada frente a la pública traería consigo una discriminación arbitraria.
Los alumnos, completada su capacidad, deben tener acceso en igualdad de condiciones a otros cursos de la enseñanza púbica
¿Quien debe remunerarla?
¿Debe recibir la enseñanza privada fondos del Estado?
¿En la enseñanza primaria, secundaria y superior?.
Las normas han sido muy variadas en el devenir histórico.,
Otros están optando por el bono o cheque escolar
Después de muchas peripecias, la ley Debré (1959) se ha convertido en la regla común: se otorgan ayudas financieras muy importantes a los establecimientos privados que firmen un contrato con el Estado. Dicho contrato permite a estos establecimientos tener un proyecto pedagógico específico, a condición de que se respeten los programas establecidos por el Ministerio de Educación Nacional y se garantice la libertad de conciencia.
El laicismo no puede reducirse a un sistema jurídico, es también una cultura.
El concilio Vaticano II formalizó en "Gaudium et spes": "En el terreno que les es propio, la Comunidad política y la Iglesia son independientes una de otra y autónomas" (GS 76,3). Poco a poco fueron desapareciendo las tensiones y se buscó una cooperación más intima.
En la actualidad, la laicidad francesa, que ha evolucionado mucho en un siglo, es de nuevo objeto de un profundo debate, después de la postura del actual Presidente de la República Nicolás Sarkozy, comentadas en dos ocasiones en este mismo blog.
La laicidad en estos momentos está tomando perfiles nuevos, ya que está entrando en juego el islamismo, que está corriendo el riesgo de cerrase en si mismo y no ser capaz de integrarse en una sociedad tan laica como la francesa.
La neutralidad en la enseñanza
Las leyes de Jules Ferry de 1881 instauran una enseñanza pública, laica, gratuita y obligatoria.
En Francia se había suprimido la enseñanza de la religión en la escuela pública con el fin de respetar la conciencia de los que no tenían ninguna creencia o tenían una distinta a la católica.
Con este fin la enseñanza tenía que ser neutral. Hay materias en que este principio se podía aplicar con suma facilidad: Matemáticas, Física, Química, geografía, ortografía. Sin embargo había otras materias, en las que era muy difícil aplicar la neutralidad.. La Literatura, la educación cívica y moral, la filosofía, ya que el profesor, al explicarlas, era muy difícil que no aparecieran sus apreciaciones personales, especialmente cuando se trata de la educación moral..Los hechos religiosos sólo podrían ser abordados como si se tratara de hechos históricos, y aún así, se encontraban dificultades.
Los maestros no terminaban de entender este concepto de neutralidad y el mismo ministro de Instrucción Pública, Jules Ferry, les envió un documento (17-nov.1883) en que les aclaraba este concepto. Les decía que si cualquier padre de familia asistiera a sus clases y no se extrañaba de lo que decía, que no dejara de hacerlo, ya que lo que decía no era su propia sabiduría, es la sabiduría del género humano, es una de estas ideas del orden universal que han hecho entrar en el patrimonio de la humanidad varios siglos de civilización.
Se pretendía una escuela abierta a todos, sin distinción de creencia o credos, en la que se enseñe el respeto mutuo, la tolerancia, la convivencia, la cooperación, y el diálogo.
La dificultad la encontraban al responder a esta pregunta ¿En que se fundamentan estos valores? ¿En la religión? ¿En la Filosofía? ¿En el empirismo y en la tradición? ¿O acaso todo es relativo?
Ante la dificultad para ponerse de acuerdo, optaron por un empirismo moral o una ética civil, que no se pregunta por los fundamentos.
Se encontraron que con solo una ética civil instruye, pero no educa. Descubrían una disonancia entre la familia y la escuela, ya que donde verdaderamente se enseñan los valores es en la familia.
Separar la instrucción de la educación a todo maestro se le hace muy difícil.
El problema se acentúa en el presente con el relativismo moral, como veremos en otro lugar.
El ministro sin quererlo se está refiriendo a una ética civil o humana, que es común a todas las doctrinas y necesaria a todos los hombres civilizados, de lo que otro ministro hablaría con posterioridad (Instrtuc. 17-enero-1987 y 20-jun.1923.
A pesar de todos los tanteos e instrucciones dadas por las autoridades, la neutralidad no funcionaba, aunque los maestros tuvieran muy buena voluntad.
Un periodista, Pierre Enri Simón, en un artículo aparecido en Le Monde hacia estas sugerencias:..pero esta exclusión (de las creencias) constituye o un sistema o, al menos, crea un clima, no digo mortal a la fe o irrespirable al cristiano ,pero tal que la conciencia del sacerdote o del padre pueden juzgarla insuficiente para la formación de la conciencia moral. Hay una música de la escuela cristiana, que no es la de la escuela laica.
Ante estas dificultades se planteaba que los distintos grupos formaran escuelas con un ideario propio, subvencionadas por el Estado, a las que los padres pudieran mandar libremente a sus hijos. Tendrían, por supuesto, unas normas comunes a todos ellos.
La libertad de enseñanza
La libertad de enseñanza es uno de los fundamentales de la República Francesa. Aunque no está expresamente recogida en las Constituciones de 1946 y 1958, es conocida como tal en la jurisprudencia y en las decisiones del Consejo de Estado, en paridad con las libertades de cultos, de asociación, de reunión de prensa etc. La limitación de esta libertad traería consigo el exceso de poder.
Esta libertad implica el poder formar un centro, elegir maestros para este centro, reclutar alumnos, preparar programas, realizar un ideario, dar títulos etc.
El intentar poner cortapisas a esta enseñanza privada frente a la pública traería consigo una discriminación arbitraria.
Los alumnos, completada su capacidad, deben tener acceso en igualdad de condiciones a otros cursos de la enseñanza púbica
¿Quien debe remunerarla?
¿Debe recibir la enseñanza privada fondos del Estado?
¿En la enseñanza primaria, secundaria y superior?.
Las normas han sido muy variadas en el devenir histórico.,
Otros están optando por el bono o cheque escolar
Después de muchas peripecias, la ley Debré (1959) se ha convertido en la regla común: se otorgan ayudas financieras muy importantes a los establecimientos privados que firmen un contrato con el Estado. Dicho contrato permite a estos establecimientos tener un proyecto pedagógico específico, a condición de que se respeten los programas establecidos por el Ministerio de Educación Nacional y se garantice la libertad de conciencia.
El laicismo no puede reducirse a un sistema jurídico, es también una cultura.
El concilio Vaticano II formalizó en "Gaudium et spes": "En el terreno que les es propio, la Comunidad política y la Iglesia son independientes una de otra y autónomas" (GS 76,3). Poco a poco fueron desapareciendo las tensiones y se buscó una cooperación más intima.
En la actualidad, la laicidad francesa, que ha evolucionado mucho en un siglo, es de nuevo objeto de un profundo debate, después de la postura del actual Presidente de la República Nicolás Sarkozy, comentadas en dos ocasiones en este mismo blog.
La laicidad en estos momentos está tomando perfiles nuevos, ya que está entrando en juego el islamismo, que está corriendo el riesgo de cerrase en si mismo y no ser capaz de integrarse en una sociedad tan laica como la francesa.
LA ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN EN LA ESCUELA EN LA ACTUALIDD SEGÚN LOS OBISPOS FRANCESES
En el informe Regis Debray, pedido por el ministro de Educción del Gobierno Mitterrand, Jacques Land, sobre la enseñanza del hecho religioso en la escuela laica, pedido en septiembre de 2002. Hasta este momento ha estado vigente, como dijimos anteriormente, la ley de 1882. Regis Debray, que fue amigo del Che Guevara y estuvo dos años en la cárcel, por su ideología marxista, aunque después recaló en el socialismo francés, decía en este informe: No es posible entender la gran pintura renacentista, si no se conoce la historia de José, María y su Hijo, Jesús. Alguien que viese un gran museo, no sabrá qué está contemplando delante de un San Sebastián: ¿Se trata de un “cow-boy” acribillado por fechas de indios? Para comprender el magníficat de Bach o un Tedeum hay que saber qué es y en que consiste una misa….El estudio del hecho religioso no es más que la prolongación de las enseñanzas fundamentales. Un medio como otro de conocer mejor. En otro terreno, para entrar en el terreno de la actualidad más dramática, la geografía, y los conflictos contemporáneos son incomprensibles sin el conocimiento de las religiones en el espacio y en la geografía política.
En el informe Regis Debray, pedido por el ministro de Educción del Gobierno Mitterrand, Jacques Land, sobre la enseñanza del hecho religioso en la escuela laica, pedido en septiembre de 2002. Hasta este momento ha estado vigente, como dijimos anteriormente, la ley de 1882. Regis Debray, que fue amigo del Che Guevara y estuvo dos años en la cárcel, por su ideología marxista, aunque después recaló en el socialismo francés, decía en este informe: No es posible entender la gran pintura renacentista, si no se conoce la historia de José, María y su Hijo, Jesús. Alguien que viese un gran museo, no sabrá qué está contemplando delante de un San Sebastián: ¿Se trata de un “cow-boy” acribillado por fechas de indios? Para comprender el magníficat de Bach o un Tedeum hay que saber qué es y en que consiste una misa….El estudio del hecho religioso no es más que la prolongación de las enseñanzas fundamentales. Un medio como otro de conocer mejor. En otro terreno, para entrar en el terreno de la actualidad más dramática, la geografía, y los conflictos contemporáneos son incomprensibles sin el conocimiento de las religiones en el espacio y en la geografía política.
La escuela pública francesa puede y debe enriquecerse, enseñando el hecho religioso, con profesores especialmente formados, pero descartando el adoctrinamento religioso y los catecismos de cada religión.
Regis Debray preconiza el paso a una laicidad más positiva Se diferencia la catequesis y la cultura religiosa. La primera tiene como destinatarios a los creyentes en vista a su crecimiento espiritual. La segunda apunta únicamente a una aprensión del mundo cercano y de esa manera a una comprensión neutral del hecho religioso.
Es conveniente establecer una distinción entre las ciencias y las religiones, que difunden los conocimientos relativos al hecho religioso, y la teología, que fija la doctrina correspondiente al hecho religioso. Lo que está en juego en la enseñanza del hecho religioso, tal y como está enfocado en Francia, podría cubrir los tres aspectos siguientes:
En primer lugar, existe un interés por conocer las religiones que han formado al Occidente, con el fin de poder acceder al patrimonio y a la cultura de hoy en día que está profundamente marcada por la aportación de las religiones y del cristianismo en particular. Se trata en gran parte de nuestra identidad cultural actual.
Regis Debray preconiza el paso a una laicidad más positiva Se diferencia la catequesis y la cultura religiosa. La primera tiene como destinatarios a los creyentes en vista a su crecimiento espiritual. La segunda apunta únicamente a una aprensión del mundo cercano y de esa manera a una comprensión neutral del hecho religioso.
Es conveniente establecer una distinción entre las ciencias y las religiones, que difunden los conocimientos relativos al hecho religioso, y la teología, que fija la doctrina correspondiente al hecho religioso. Lo que está en juego en la enseñanza del hecho religioso, tal y como está enfocado en Francia, podría cubrir los tres aspectos siguientes:
En primer lugar, existe un interés por conocer las religiones que han formado al Occidente, con el fin de poder acceder al patrimonio y a la cultura de hoy en día que está profundamente marcada por la aportación de las religiones y del cristianismo en particular. Se trata en gran parte de nuestra identidad cultural actual.
¿Qué sería de los pueblos si perdieran la memoria?
Después, es necesario conocer las religiones que están presentes en el territorio nacional para contribuir a reforzar el vínculo social. No hay nada peor que la ignorancia del otro, de su cultura, de su religión, para generar el miedo, el rechazo y algunas veces el conflicto. En la estructura social de Francia de hoy en día, no es posible ignorar los datos elementales referentes al cristianismo, al judaísmo, al islam.
Por fin, abordar la cuestión de religiones en una enseñanza apropiada contribuirá también a la pregunta del sentido de vivir juntos. Cierto es que las religiones no tienen el monopolio del sentido, pero no se quedan sin aportar contribuciones notables en este ámbito. Entonces es razonable pensar que se hace un favor precioso a las generaciones presentes y futuras al no callar que es posible dar un sentido a su vida, y que, para hacerlo, la experiencia religiosa es un camino practicable.
Después, es necesario conocer las religiones que están presentes en el territorio nacional para contribuir a reforzar el vínculo social. No hay nada peor que la ignorancia del otro, de su cultura, de su religión, para generar el miedo, el rechazo y algunas veces el conflicto. En la estructura social de Francia de hoy en día, no es posible ignorar los datos elementales referentes al cristianismo, al judaísmo, al islam.
Por fin, abordar la cuestión de religiones en una enseñanza apropiada contribuirá también a la pregunta del sentido de vivir juntos. Cierto es que las religiones no tienen el monopolio del sentido, pero no se quedan sin aportar contribuciones notables en este ámbito. Entonces es razonable pensar que se hace un favor precioso a las generaciones presentes y futuras al no callar que es posible dar un sentido a su vida, y que, para hacerlo, la experiencia religiosa es un camino practicable.
En el informe Stasi se pide que el Estado no sea solamente neutral, ya que debe garantizar positivamente la libertad de conciencia. En el informe se pide que la laicidad ha de dejar a un lado la laicidad de combate y convertirse en una laicidad positiva, abierta y dinámica.
Como consecuencia de esta informe en Francia se prohibieron en las escuelas las prendas y signos ostensibles, esto es, el velo del islán, el crucifijo de gran tamaño o el kippa judío.
Como consecuencia de esta informe en Francia se prohibieron en las escuelas las prendas y signos ostensibles, esto es, el velo del islán, el crucifijo de gran tamaño o el kippa judío.
DECLARACIÓN DE LOS OBISPOS FRANCESES
Los obispos franceses, reunidos en Asamblea Plenaria del 13 al 15 de junio de 2005, estudiaron el tema de la laicidad con ocasión del centenario de la ley, que establece la Separación de las Iglesias y del Estado, de 1905, que fie tan polémica como dijimos anteriormente. Esta laicidad para ellos implica la no confesionalidad del Estado, la no injerencia de éste en materia religiosa, ni en la organización interna de las comunidades religiosas, renuncia por parte de la iglesia a actividades políticas, autonomía de ambos, con relaciones de diálogo.
Esa laicidad no implica, para ellos, un mutismo frío de la Iglesia, cuando se encuentra confrontada a proyectos de leyes gubernamentales o a problemas sociales que atentarían gravemente contra la dignidad del hombre y el respeto de sus derechos. Tales intervenciones, dicen los obispos, no serían percibidas como presiones indebidas sino como propuestas de reflexión, que forman parte del libre debate democrático. Son las aportaciones que la Iglesia quiere hacer, junto con otros ciudadanos de otras creencias, o no creyentes, a las propuestas legislativas del Estado.
El Estado francés, en la etapa de Sarkozy, ha manifestado una voluntad de concordia y dialogo con los diversos grupos religiosos, existentes en Francia, especialmente con la Iglesia católica, como hemos visto en este blog, al estudiar el concepto de laicidad en Sarkozy. Tengo escritos dos artículos, que se puede ver en blog FELIX NARCA. En los índices se puede ver los dos artículos. “Sarkozy y las religiones” y otra articulo más antiguo Sarkozy y la laicidad, comentando un libro del mismo titulado “La república, las religiones y la esperanza”
El Estado es neutral respecto a las religiones, aunque ello no quiere decir que ignore a las religiones, sino más bien que no debe injerirse en sus asuntos. Esta neutralidad ha sido activa y positiva, ya que ha garantizado el culto religioso, ha asumido el dialogo y ha llegado a acuerdos con los diversos grupos religiosos. No fue una neutralidad negativa y agresiva con las religiones.
El Estado pone a disposición de los fieles, para el ejercicio del culto, los edificios incautados en 1905 y asegura su mantenimiento.
Esa laicidad no implica, para ellos, un mutismo frío de la Iglesia, cuando se encuentra confrontada a proyectos de leyes gubernamentales o a problemas sociales que atentarían gravemente contra la dignidad del hombre y el respeto de sus derechos. Tales intervenciones, dicen los obispos, no serían percibidas como presiones indebidas sino como propuestas de reflexión, que forman parte del libre debate democrático. Son las aportaciones que la Iglesia quiere hacer, junto con otros ciudadanos de otras creencias, o no creyentes, a las propuestas legislativas del Estado.
El Estado francés, en la etapa de Sarkozy, ha manifestado una voluntad de concordia y dialogo con los diversos grupos religiosos, existentes en Francia, especialmente con la Iglesia católica, como hemos visto en este blog, al estudiar el concepto de laicidad en Sarkozy. Tengo escritos dos artículos, que se puede ver en blog FELIX NARCA. En los índices se puede ver los dos artículos. “Sarkozy y las religiones” y otra articulo más antiguo Sarkozy y la laicidad, comentando un libro del mismo titulado “La república, las religiones y la esperanza”
El Estado es neutral respecto a las religiones, aunque ello no quiere decir que ignore a las religiones, sino más bien que no debe injerirse en sus asuntos. Esta neutralidad ha sido activa y positiva, ya que ha garantizado el culto religioso, ha asumido el dialogo y ha llegado a acuerdos con los diversos grupos religiosos. No fue una neutralidad negativa y agresiva con las religiones.
El Estado pone a disposición de los fieles, para el ejercicio del culto, los edificios incautados en 1905 y asegura su mantenimiento.
CONCEPTO DE LA LAICIDAD PARA LOS OBISPOS
El centenario de la ley de 1905 en Francia sobre la Separación de las Iglesias y del Estado suscitan nuevo debate de fondo, después del largo camino de dos siglos
En Francia, este concepto deriva de los principios de la aconfesionalidad del Estado y de su no competencia en materia de fe religiosa.
La verdadera laicidad es positiva, abierta, acogida y tolerante.
En lo sucesivo, tenemos que admitir que el Estado reconoce la libertad legítima de las expresiones que resultan de ella, mientras el orden público no se vea perturbado. Este reconocimiento emana del carácter transcendente de la persona humana y de su libertad, que ha sido proclamada universalmente por la Carta de las Naciones unidas, firmada en San Francisco en 1945.
Implica que el Estado permita a las diferentes voces de las conciencias y por lo tanto de las instituciones religiosas que les representan, puedan expresarse libremente en el debate público.
Hoy en día, de la misma manera que son necesarios valores comunes para unir nuestra nación como comunidad de destino, igualmente, es normal que los católicos aporten a su patria las contribuciones de su fe y el sentido del hombre, según lo valores que ellos posean.
Nadie pondrá en duda, dicen los obispos, que tanto en Francia como en Italia, en España y en cualquier lugar, la Iglesia católica ha contribuido ampliamente a lo largo de los siglos a dar forma, con otros, a la cultura de nuestros países, a fundar los valores que han sido la base de su bien común. El catolicismo presenta a Francia una serie de valores, que dan sentido a la vida y que el Estado no puede afrontar, afirma Sarkozy,
Actualmente, en nuestras sociedades multiculturales, quiere seguir participando en la promoción de un "vivir juntos" que sea respetuoso con cada persona y que favorezca la apertura a los demás antes que el encerrarse en sí misma.
Por esto en este momento el reto más importante sea que la Iglesia esté presente en el debate público, especialmente cuando hay por medio, temas morales.
La Iglesia es y debe ser tolerante, ya que todos tenemos que vivir juntos los que integramos la sociedad actual plural y multicultural.. La Iglesia debe trabajar por la paz, la justicia y la solidaridad.
En Francia, este concepto deriva de los principios de la aconfesionalidad del Estado y de su no competencia en materia de fe religiosa.
La verdadera laicidad es positiva, abierta, acogida y tolerante.
En lo sucesivo, tenemos que admitir que el Estado reconoce la libertad legítima de las expresiones que resultan de ella, mientras el orden público no se vea perturbado. Este reconocimiento emana del carácter transcendente de la persona humana y de su libertad, que ha sido proclamada universalmente por la Carta de las Naciones unidas, firmada en San Francisco en 1945.
Implica que el Estado permita a las diferentes voces de las conciencias y por lo tanto de las instituciones religiosas que les representan, puedan expresarse libremente en el debate público.
Hoy en día, de la misma manera que son necesarios valores comunes para unir nuestra nación como comunidad de destino, igualmente, es normal que los católicos aporten a su patria las contribuciones de su fe y el sentido del hombre, según lo valores que ellos posean.
Nadie pondrá en duda, dicen los obispos, que tanto en Francia como en Italia, en España y en cualquier lugar, la Iglesia católica ha contribuido ampliamente a lo largo de los siglos a dar forma, con otros, a la cultura de nuestros países, a fundar los valores que han sido la base de su bien común. El catolicismo presenta a Francia una serie de valores, que dan sentido a la vida y que el Estado no puede afrontar, afirma Sarkozy,
Actualmente, en nuestras sociedades multiculturales, quiere seguir participando en la promoción de un "vivir juntos" que sea respetuoso con cada persona y que favorezca la apertura a los demás antes que el encerrarse en sí misma.
Por esto en este momento el reto más importante sea que la Iglesia esté presente en el debate público, especialmente cuando hay por medio, temas morales.
La Iglesia es y debe ser tolerante, ya que todos tenemos que vivir juntos los que integramos la sociedad actual plural y multicultural.. La Iglesia debe trabajar por la paz, la justicia y la solidaridad.
La Iglesia es demasiadas “veces más escuchada que entendida, incluso si su opinión es esperada”.
Cierto es que en la mentalidad actual, la palabra de la Iglesia católica es más esperada o solicitada en cuanto a problemas económicos, sociales y en cuanto a cuestiones internacionales de paz, de justicia o de defensa de los derechos del hombre.
Lo es menos en cuestiones de moral personal, como la sexualidad, la vida de pareja, la interrupción voluntaria de embarazo y otras más.
Sin embargo, la Iglesia no tiene por qué callarse en estos temas. Cuando toma la palabra en cuestiones como el PACS (Pacto Civil de la Solidaridad) o la unión civil de los homosexuales o sobre el aborto, quiere dar una luz sobre lo que está en juego, haciendo valer un punto de vista que puede acercarse a la conciencia tanto de creyentes como la de no creyentes.
En el seno de la Iglesia pensamos que los valores que nos inspira la fe, especialmente: la igualdad del hombre y de la mujer, el carácter estructurado de la diversidad, la dignidad de la persona humana desde la concepción hasta la muerte natural, pueden contribuir a la reflexión que ayude a la adopción de las leyes cuyo objetivo sea el Bien común.
Cuando sentimos que los fundamentos de nuestras sociedades están en tela de juicio, expresamos nuestro desacuerdo.
Ahora bien, la Iglesia católica debe velar siempre por cuidar su comunicación, por explicar las razones de sus posiciones y no dar una impresión de autoritarismo. No debería olvidar que es portador de una visión global del hombre. Por ello no deja de aportar una contribución significativa en el ámbito de la educación en el que su amplia experiencia histórica puede servir, particularmente con la enseñanza del hecho religioso.
Asimismo, al dialogar con los artistas, contribuya a favor de una cultura que transmita razones de vivir.
Cierto es que en la mentalidad actual, la palabra de la Iglesia católica es más esperada o solicitada en cuanto a problemas económicos, sociales y en cuanto a cuestiones internacionales de paz, de justicia o de defensa de los derechos del hombre.
Lo es menos en cuestiones de moral personal, como la sexualidad, la vida de pareja, la interrupción voluntaria de embarazo y otras más.
Sin embargo, la Iglesia no tiene por qué callarse en estos temas. Cuando toma la palabra en cuestiones como el PACS (Pacto Civil de la Solidaridad) o la unión civil de los homosexuales o sobre el aborto, quiere dar una luz sobre lo que está en juego, haciendo valer un punto de vista que puede acercarse a la conciencia tanto de creyentes como la de no creyentes.
En el seno de la Iglesia pensamos que los valores que nos inspira la fe, especialmente: la igualdad del hombre y de la mujer, el carácter estructurado de la diversidad, la dignidad de la persona humana desde la concepción hasta la muerte natural, pueden contribuir a la reflexión que ayude a la adopción de las leyes cuyo objetivo sea el Bien común.
Cuando sentimos que los fundamentos de nuestras sociedades están en tela de juicio, expresamos nuestro desacuerdo.
Ahora bien, la Iglesia católica debe velar siempre por cuidar su comunicación, por explicar las razones de sus posiciones y no dar una impresión de autoritarismo. No debería olvidar que es portador de una visión global del hombre. Por ello no deja de aportar una contribución significativa en el ámbito de la educación en el que su amplia experiencia histórica puede servir, particularmente con la enseñanza del hecho religioso.
Asimismo, al dialogar con los artistas, contribuya a favor de una cultura que transmita razones de vivir.
Por fin, cuando se compromete sin reserva en el ámbito de la salud, donde lo que está en juego, en nuestra época, es determinante para el futuro.
En todo caso, fiel a su misión, la Iglesia católica se dedica, respetando las conciencias, a proponer la fe, a favorecer el encuentro con Cristo.
Al no ser ya religión de Estado como lo fue en Francia durante siglos, no tiene por objetivo imponerla a las instituciones públicas. Su única preocupación desde ahora es participar en el debate público y aportar la luz y las exigencias del Evangelio, y asumir, en toda circunstancia, la defensa de la persona humana.
Así es como en su Carta a los católicos de Francia de 1996, nuestra Conferencia Episcopal ha declarado lo siguiente: "Por nuestra parte, en nombre de nuestros ciudadanos y de nuestra fe, queremos contribuir a la vida de nuestra sociedad y mostrar activamente que el Evangelio de Cristo está al servicio de la libertad de todos los hijos de Dios".
En todo caso, fiel a su misión, la Iglesia católica se dedica, respetando las conciencias, a proponer la fe, a favorecer el encuentro con Cristo.
Al no ser ya religión de Estado como lo fue en Francia durante siglos, no tiene por objetivo imponerla a las instituciones públicas. Su única preocupación desde ahora es participar en el debate público y aportar la luz y las exigencias del Evangelio, y asumir, en toda circunstancia, la defensa de la persona humana.
Así es como en su Carta a los católicos de Francia de 1996, nuestra Conferencia Episcopal ha declarado lo siguiente: "Por nuestra parte, en nombre de nuestros ciudadanos y de nuestra fe, queremos contribuir a la vida de nuestra sociedad y mostrar activamente que el Evangelio de Cristo está al servicio de la libertad de todos los hijos de Dios".