lunes, 23 de julio de 2007

LA ETICA EN SAN PABLO




LA ETICA EN SAN PABLO

Pablo no presenta una ética acabada y global.
No obstante se le ha dado el calificativo del primero moralista cristiano


I. PRINCIPIOS GENERALES

1. Valor y vigencia de la ley.
El tema de la ley se sitúa a la cabeza de todos los temas éticos de Pablo.
A Pablo le interesa fundamentalmente el tema de la salvación.
Para Pablo lo más importante es la primacía de la acción divina.

Todas las acciones humanas, incluso las éticas, quedan relativizadas.
La más importante para Pablo es el primado de la acción divina bajo la ley de Cristo.
El cumplimiento de la ley y de sus exigencias son fruto del testimonio y trasmisión de la salvación que se han operado en el hombre por el Espíritu que actúa y vive en él (Gal. 5, 18 ss.)
El acontecimiento de la cruz y de la resurrección y la aceptación del creyente de la gracia y la reconciliación operada en él es más radical que el cumplimiento de la ley. Lo contrario sería minusvalorar la muerte de Cristo.
Tiene recelo de la ley, ya que la ley puede llevar al hombre a la arrogancia y soberbia. II.- No obstante lo ético tiene en Pablo su importancia.

Frente a los libertinos sostiene la necesidad de un comportamiento ético.
Para los espirituales no hay exigencias éticas y todo está permitido (1ª Cor. 6, 12; 10, 23). El hombre liberado del yugo y de la maldición de la ley, no está sin ley, sino vinculado a la ley de Cristo. La ley fundamental de Cristo está en el amor a Dios y al prójimo y abarca la totalidad de la persona y de la convivencia humana.
Este amor está impregnado de la acción divina (Rom. 5, 5) y es fruto del Espíritu que actúa y vive en nosotros (Rom. 13, 8.10; Gal. 5, 14; 6, 10 y 1 Cor. 13, 1-8) III.- El respeto a los demás.

Pablo insiste con mucha frecuencia en este tema:
Renuncia a la envidia y a los celos (1ª Cor. 3, 3; Gal. 5, 20; Phil. 1, 15)
Condena los homicidios y las reyertas entre ellos (Rom. 1, 29; 2ª Cor. 12, 20).
Rechaza los pleitos (1ª Cor. 6, 1-8)
Exhorta a la unidad (Rom. 1ª Cor. 12)
Pide la ayuda mutua (Gal. 2)
El respeto mutuo ( Rom. 14; 1ª Cor. 8)
Exhorta a la humildad, a la sencillez y a la paciencia (Rom. 12, 12.16; 1ª Cor. 4, 19; 2ª Cor. 6, 6; Ph. 2m 3, 8).
IV. Fundamentación.

Pablo recurre con frecuencia al amor de Dios, al ejemplo de Cristo, al ejemplo que se debe dar a la comunidad, a la repercusión social del pecado.

1.- El indicativo e imperativo.

a.-La salvación por parte de Jesús constituye la base y el fundamento de la ética cristiana.
La ética tiene un carácter indicativo o exhortativo: Revestíos de Cristo el Señor (Rom. 13-14).
Con frecuencia aparece el imperativo moral como conse­cuencia del indicativo: Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el espíritu.
En ocasiones se unen el indicativo con el imperativo.
Para Bultman el imperativo se basa en el hecho de la justificación y es una consecuencia del indicativo..: Si habéis sido justificados, es necesario que obréis.

2. Fundamentación escatológica.

Pablo funda su concepto moral en el acontecimiento salvífico escatológico de la muerte y resurrección de Jesús. Este aspecto es resaltado por Pablo en múltiples textos.
Cristo vive y reina en el hombre (Gal. 2, 20). El hombre está en Cristo y vive para Cristo: Si vivimos, vivimos para el Señor.
Cristo murió por nuestros pecados...Murió para que no vivamos para nosotros, sino para aquel que resucitó y murió por nosotros (2 Cor. 5, 14).
Cristo es el Señor, el liberador. Somos íntegramente del Señor.
Para Pablo la acción definitiva de Dios se halla por un lado en la escatología futura, pero el acontecimiento de Cristo se ha hecho presente en el momento actual.
Pablo tiene una escatología desdoblada: El Todavía no y el ya ahora: Pablo está convencido que el futuro está ya presente en el hoy, ya que la acción de Cristo (muerte y resurrección) esta inserta y se realiza en el presente en cada uno de nosotros.

3.-Cristo es la medida de nuestro comportamiento: Acogeos mutuamente como Cristo os acogió (Rom. 15, 7).


4.-Fundamentación sacramental.

El bautismo para Pablo es el acontecimiento más importan­te de la vida moral del cristiano: El bautismo es un morir y ser crucificado y sepultado con Cristo y resucitar con El, y revestirse de Cristo. Por el bautismo quedamos sellados y vinculados con Cristo.
Por el bautismo el cristiano es propiedad de Cristo, debe morir al pecado, cambiar a una nueva vida y ponerse al servicio de su Señor que es Cristo.(vosotros sois de Cristo).
Somos esclavos y libres...con una libertad muy radical, ya que se trasforma en servicio.

6. Fundamentación carismático-pneumatológica.

La vida entera de los cristianos es obra y creación del Espíritu, un culto espiritual (Rom. 12, 1) y el signo de un mundo nuevo que se abre de camino. El Espíritu marca la vida cristiana a la comunidad. Es la fuerza y el principio radical de la vida y de la conducta nueva.
El hombre es poseído y movido por el Espíritu (Rom. 8, 14; Gal. 5, 18).
Dejarse llevar por el Espíritu es la norma fundamental de Pablo.
El Espíritu derrama en nosotros sus carismas para el servicio a la comunidad, que son distintos de unos a otros.
Nos da sus dones: La caridad, el gozo, la afabilidad, la paz, la paciencia (Gal. 5)

7.-Fundamentación escatológica.

Cristo es el fundamento y la meta de la esperanza cristiana, que tanta importancia tiene en los textos de Pablo.


V.- Lo específico de la ética paulina.

Pablo anuncia en su ética muchos principios de la Stoa. No obstante la fundamentación y la motivación son siempre cristocentricas y pneumáticas.
Cristo se haya en el centro y es eje de la ética: Somos del Señor. Por Cristo nos ha llegado la salvación.
Todo es relativo: Poseer como si no se poseyere (1ª Cor. 7, 29-31).
Para Pablo no tiene razón de ser la fuga mundi, refugiándose en un futuro, sino prestar un servicio aquí y ahora. Para Pablo el amor es activo. El Mundo no es malo, ya que ha sido redimido.

VI.- El estilo y la estructura de la nueva vida.

La renovación y liberación del hombre por Cristo es un acontecimiento tan trascendente, una trasformación tan esencial, que el cristiano tiene que estar en una actitud de disposición total y ser totalmente obediente a la llamada de Dios.
A la plenitud de la gracia dada por Cristo corresponde la dedicación plena para la gloria de Cristo: Ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios (1 Cor. 10, 31).

Esta dedicación es total, plena y básica. Abarca todo su ser y todo lo que tiene.

Esta globalidad la concreta S. Pablo en sus listas de pecados, tomados de la filosofía popular estoica.


VII.- Referencia a la situación.

Pablo no rechaza la ley que viene de fuera. Admite la diversidad de situaciones éticas y los preceptos concretos.
Cuando la vida del espíritu funciona, entonces ya no queda lugar para ningún tipo de mandamiento. El que camina en el Espíritu hace espontáneamente lo que el mandamiento de Dios le impondría, dado que el Espíritu le indica el camino. Ama y haz lo que quieras decía San Agustín. Pablo no cae en un relativismo, ya que Cristo y el Espíritu son su guía.


VIII.-Criterios materiales de la ética paulina.

1.-La relación con las pautas de comportamiento no cristianas.

a.- No hay contenidos materiales nuevos, sino sólo motivaciones y horizontes indescriptibles por su referencia al Señor.

b.-Importancia de la fe. Por la fe el hombre descubre unos nuevos horizontes de entrega y generosidad, guiado por la acción del Espíritu.

c. Por la fe el hombre se identifica con Jesucristo y con su palabra. Cristo es su modelo y su palabra resuena en cada momento en su corazón.

La dirección de la vida nueva está orientada cristológi­camente, ya que la obra de Jesús y sus mandatos son pauta para el comportamiento cristiano.
Imitación de Cristo.
Cristo fue delante de nosotros: Acogeos mutuamente como Cristo os acogió a vosotros.

La entrega voluntaria de Cristo en la cruz no sólo trasmite un impulso formal de actitudes, sino que genera una dimensión básica en la vida cristiana.

D.-El amor como mandamiento supremo.

El amor no es sólo el centro y el núcleo de la moral, sino el criterio determinante de la ética paulina.

El amor es el camino de los caminos, el camino por antonomasia y lleva más lejos que todos los demás (1 Cor. 12, 31).
Todos los preceptos singulares encuentran en él su unidad, su sentido y su referencia.
El amor es crítico, impulsor y directivo. No es conformista.

La caridad no se agota en la dimensión ética, ya que no es una vaga benevolencia, ni un conformismo práctico.
Cuando el amor no se trasforma en obras, se hace dudoso.
El amor no es emoción, sentimiento, o un estado de ánimo.
Amar es servir, entregarse y construye la iglesia como comunidad.
Es necesario superar el mal con el bien y corregir con bondad al que ha errado.
La caridad supera a los preceptos particulares, pero no los margina.
Esto se concreta:
Lucha contra la envidia y los celos ( 1 Cor. 3, 3ss.).
Contra los pleitos y las maledicencias ( 1 Cor. 6, 1-8 y Rom. 1, 29).
Contra la desuniones y divisiones ( 1 Cor.).
Renunciar a la venganza (Rom. 8, 17)