miércoles, 4 de junio de 2008

MATRIMONIO XIII



XIII.- ELABORACIÓN TEOLOGICA DESDE SANTO TOMAS DE AQUINO
Santo Tomas de Aquino partió de Aristóteles para explicar la esencia del matrimonio, La tarea principal de la unión entre un hombre y una mujer va dirigida a la procreación. Esta sería la finalidad primaria del matrimonio (Suplemento q. 44, art. 1). Partiendo de la doctrina aristotélica de la materia y de la forma dice que la mujer no presta nada más que materia puramente pasiva. La formación de esta materia inerte, se trasforma en viviente gracias a las fuerzas viriles, que producen la forma que se da a la materia por la acción divina..
La teoría de las formas de Aristóteles cayó en desuso, desde el momento en que la ciencia fue descubriendo que era falsa, ya que tanto el hombre como la mujer son parte activa en el nacimiento del hijo desde ángulos diversos.
Para que los padres puedan educar a los hijos es necesario para Santo Tomás que colaboren, que se pongan de acuerdo, que se comprendan, que se respeten.
El fin primario de matrimonio está dirigido a la procreación, La procreación es la consecuencia de la unión de un hombre y una mujer
El matrimonio es remedio de la concupiscencia
Es un sacramento que concede las gracias necesarias para afrontar todas estas obligaciones.
No obstante en los siglos posteriores se va a ir perfilando la estructura del matrimonio partiendo de tres ejes: Teología, derecho y moral. Van a entrar en juego los nuevos movimientos matrimoniales, que va a crear una nueva espiritualidad en el matrimonio, elaborada no desde los monasterios, sino desde su misma vida. En este aspecto ha sido un campeón Cafaret.
En este camino han ayudado mucho la antropología, la psicología y psiquiatría y las nuevas filosofías personalistas.
La teología empezó a reflexionar que los esposos se casaban no sólo para tener hijos, sino para el desarrollo interpersonal. Se empieza a estudiar con más detenimiento la teología del matrimonio, elaborada desde la praxis existencial de los mismos movimientos laicos. El amor comienza a perfilarse con el motor de la vida matrimonial, dando más importancia a las relaciones interpersonales. Más que de contrato se prefiere hablar de alianza.
En relación a la indisolubidad se plantea este problema: Es en el siglo XII, cuando empiezan a nacer las primeras discusiones sobre el particular. Aparecen dos posiciones extremas. La teoría de la cópula y del consentimiento. Para Graciano el constitutivo del matrimonio es el coito; para Hugo de san Victor, en atención al matrimonio virginal de María, excluía del consentimiento cualquier elemento sexual..En Balogna se siguió defendiendo la teoría de la cópula y en la escuela parisina la del consentimiento. El papa Alejandro III (1159-1181) intervino en la disputa y declaró que la única causa eficiente del matrimonio es el consentimiento, aunque el Papa puede disolver un matrimonio rato, pero no consumado.
Es a partir de estas discusiones, cuando empieza a esbozarse una nueva teoría sobre el matrimonio.
Hubo varios teólogos egregios, que se adelantaron a las nuevas orientaciones del Concilio Vaticano II.
Estas nuevas orientaciones fueron rechazadas mediante un decreto del Santo oficio de echa 1 de abril de 1944 (AAS. 36(1944) 103 en las que se dice: que el fin primario del matrimonio no es la procreación de los hijos y su educación o que la personal perfección de los cónyuges, fomentada y conseguida, mediante la entrega personal y anímica, es decir, el fin secundario del matrimonio no se subordina esencialmente a la procreación de los hijos y educación de ellos, sino que es un fin coordinado e independiente, no puede ser tolerada,
La Rota el 22 de junio de 1944 se pone en la línea de esta declaración, pero añade otros aspectos. Esta declaración de que la procreación es el fin primario del matrimonio es compatible con la opinión de que el matrimonio no sirve solo para la descendencia, sino que además es expresión del amor, porque puede realizarse en los matrimonios estériles..
Los juristas hicieron un distinción entre el finis operis et finis opoerantis. En la intención personal el hijo está por lo general en segundo término, aunque en el orden objetivo esté en primer lugar la procreación.
Pio XI en la Casti Connubii (1930), da un paso adelante en la nueva concepción del matrimonio:
Esta formación interior o recíproca de los esposos, este cuidado asiduo de la mutua perfección puede llamarse también, en cierto sentido, como enseña el catecismo romano, la causa y razón primera del matrimonio, si es que el matrimonio no se toma estrictamente como una institución que tiene por fin procrear y educar convenientemente los hijos, sino en un sentido más amplio, como comunión, costumbre y sociedad de toda la vida.