martes, 27 de noviembre de 2007

SERMÓN DE LA MONTAÑA (VIII). QUINTA BIEVAVENTURANZA. LA MISERICORDIA.

Quinta bienaventuranza
12. La misericordia (Mt. 7, 7).
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia

Misericordioso es el que ayuda al prójimo y tiene compasión de él.
El que hace obras de misericordia. El que tiene el corazón abierto a todos. No es lo mismo compasión que misericordia. Me gusta más la palabra compasión, porque es padecer con.
El misericordioso obra el bien, la misericordia está por encima de la justicia, alivia las necesidades del que tiene cerca, está pendiente del que sufre, no juzga para no ser juzgado; perdona al que le ofende. Vive el amor de Dios y al prójimo. Siente alegría y gozo por los bienes del otro.
Dios es misericordioso, nos acoge, perdona nuestras debilidades y nuestros fracasos.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará, una medida buena, apretada, remecida hasta rebosar, pondrá en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá a vosotros (Lc. 6, 36-39; Mt- 7, 1).
Jesús en su encuentro con la samaritana le perdona (Lc. 10, 36,37).
Dios hace salir el sol para buenos y para malos
Es un Dios clemente y misericordioso, lento a la ira y pronto al perdón (Jonas 26, 2-4)
En el criado infiel se nos muestra la actitud de Dios para el perdón (Mt. 18, 23)
Jesús busca a la oveja perdida Lc. 11, 1-31.
El Padre espera al hijo perdido y lo perdona (Lc. 7, 10)
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues yo os diga que aquí hay uno que es más grande que el templo. Sin comprendierais lo que significa quiero misericordia y no sacrificio (cf. Oseas 6, 6.) No condenaríais a los que no tienen culpa. Porque el Hijo de hombre es el señor del sábado (Mt. 12, 4-8).
El amor y la misericordia están unidos, ya que el amor es su fuente.